El coordinador insular del Partido Animalista PACMA en Ibiza, Olivier Hassler, ha expresado este lunes su apoyo a las entidades de protección animal y voluntariado que gestionan las colonias felinas de la isla, ante lo que califica como una “creciente ola de desinformación” sobre el método CER (Captura, Esterilización y Retorno), el sistema reconocido por ley para el control ético de los gatos comunitarios.
Hassler recuerda que la Ley 7/2023 de Protección de los Derechos y el Bienestar de los Animales reconoce expresamente la figura del gato comunitario y obliga a las administraciones públicas a desarrollar programas basados en el CER. “No se trata de una práctica opcional ni ‘animalista’, sino de una obligación legal avalada por criterios científicos, éticos y de salud pública”, subraya.
PACMA insiste en que allí donde el método CER se aplica correctamente, las poblaciones felinas disminuyen, los entornos se mantienen limpios y la convivencia ciudadana mejora, desmontando así los argumentos que buscan desacreditarlo.
Un problema de educación y responsabilidad
“El verdadero problema es la tenencia irresponsable y el abandono de animales sin identificar ni esterilizar”, señala Hassler. “La solución pasa por educar, prevenir y sancionar el abandono, no por criminalizar a quienes asumen una tarea que corresponde a las administraciones”.
En la ciudad de Ibiza existen actualmente 52 colonias felinas registradas, con unos 800 gatos comunitarios gestionados mediante el método CER, «gracias al trabajo conjunto de asociaciones locales y profesionales veterinarios», remarcan.
Sin embargo, en otros municipios —como Sant Josep—, PACMA denuncia que las administraciones no están cumpliendo la ley ni aplicando programas de identificación y esterilización, lo que agrava el problema y provoca el aumento de camadas no deseadas.
Convivencia y protección de la biodiversidad
PACMA Ibiza coincide en la importancia de proteger la biodiversidad y la fauna autóctona, pero advierte que los gatos comunitarios no deben ser perseguidos ni expulsados de sus territorios, sino gestionados de forma ética y responsable.
“Los gatos de colonia no cazan para sobrevivir; dependen de las personas para su alimentación y control sanitario. Negarles esa asistencia solo genera sufrimiento y descontrol poblacional”, concluye el coordinador insular.






