A Podemos Balears no le han gustado nada las declaraciones del empresario Abel Matutes a Diario de Ibiza, en el que el expolítico señala que no se arrepiente «en absoluto» haber dado la Medalla de Oro a Franco cuando era alcalde de Ibiza. Unas declaraciones que la formación morada afea y que considera que «no son un desliz, son coherentes con la historia de una familia que ha ejercido un poder casi oligárquico sobre Ibiza durante décadas».
Hay que decir que si vamos más allá del titular y leemos el artículo entero, comprobaremos que Matutes contextualiza esa entrega de la Medalla de Oro y le quita importancia: «Es lo que hacían todos cuando tenían una audiencia [con el dictador] y le tenían que pedir cosas». Más conflictiva, en cambio, podría ser otra reflexión del exministro, que también aparece publicada en Diario de Ibiza, y es la de que el régimen franquista favoreció una etapa «con más bienestar material y eso contribuyó también a crear las condiciones para que las libertades fueran mejor aceptadas por la gente». Es decir, que la democracia es, de alguna manera, una consecuencia final del franquismo, una teoría defendida por la historiografía revisionista.
«Que alguien con ese legado describa a Franco como una figura ‘excepcional’ solo demuestra hasta qué punto ciertos privilegios siguen vinculados a la nostalgia de la dictadura. Es inaceptable que quienes concentran poder económico y político intenten reescribir la historia lavando la imagen de un régimen criminal», ha señalado Lucía Muñoz, coordinadora de Podemos Baleares.
«Mientras se alaba la figura de Franco, se perpetúa también un modelo oligárquico heredero del franquismo en Ibiza. Su familia ha convertido la isla en un feudo económico», insisten desde la formación morada: «Esto no es solo una cuestión de memoria histórica, sino de democracia. No basta con criticar a Franco: hay que cuestionar también que quienes defienden su legado sigan manteniendo tanto poder económico y político».






