Rafael Lambies, el ‘náufrago’ de s’Espalmador: «Estoy de supervivencia, no estoy de crucero»

@LauraFArambarri / Rafael Lambies, valenciano de 54 años, administrador de fincas y ex comodoro del Club Náutico de Valencia, está fondeado con su velero Isla de Pascua en s’Espalmador, en Formentera, desde el viernes pasado, antes de que se prohibiese la navegación recreativa. Ha sido una decisión premeditada para pasar la cuarentena y nos cuenta su experiencia por teléfono. En sus 44 años navegando ha compaginado la alta competición con el crucero recreativo. Su barco tiene 31 años y 11 metros de eslora. Es un diseño de crucero regata antiguo «que responde muy bien en todos los vientos menos en popas». «Es muy seguro en caso de temporal y precisamente viene uno este fin de semana», relata desde la costa de la Pitiusa.

¿Por qué ha decidido venir a pasar el confinamiento del coronavirus Formentera?

La semana pasada veía las noticias de Italia y me preocupaba ver que no se estaban tomando medidas drásticas en España. Así que el viernes pasado, hace ahora una semana, al terminar de trabajar, compré lo necesario y a las seis de la tarde ya estaba saliendo. Tenía que elegir muy bien a dónde iba, porque en invierno el tiempo es muy cambiante. Una isla pequeña se maneja muy bien. Porque si viene el viento de un lado de la isla te pones en el otro.

En s’Espalmador estoy protegido del viento del Norte hasta el Este o Sureste. Del Sur y del Oeste tengo la ensenada del Cabrito que está al lado de la marina de Formentera o Es Pujols… a menos de una hora de navegación tengo todos los sitios protegidos donde poder fondear.

He guardado su teléfono como Rafael Lambies Náufrago. ¿Se siente usted un poco como Tom Hanks en la famosa película?

No, esto es más parecido a lo que hago en mis vacaciones, que suelo pasar en el barco. Suelo navegar mucho. Lo único diferente es la situación en tierra. En verano, si me voy a Croacia, me paso doce días de navegación sin parar, día y noche. Ahora mismo no tengo ninguna necesidad de bajar a tierra, en el barco lo tengo todo. Si cambio de cala, porque cambia el viento, bajo un rato a tierra, estiro las piernas, monto en kayak, buceo o nado. Vigilo el barco, hago una reparación aquí y otra allá… porque el barco tiene ya 31 años…

¿Pero no es extraordinario estar solo en medio de s’Espalmador?

Eso sí es extraordinario. Cuando tenía ocho años venía a s’Espalmador y aquí había ocho barcos; años después, antes de que pusieran las boyas, había 500 barcos y ahora con las boyas se han reducido, pero han destrozado s’Espalmador. Balears es el sitio más bonito que conozco de todo el mundo pero lo han destrozado. Baleares en invierno sigue siendo bonito pero en verano ya no vengo. Me voy directamente a Cerdeña que no es tan bonita como Baleares, pero me recuerda mucho a cómo era esto hace 40 años.

Balears es el sitio más bonito que conozco de todo el mundo pero lo han destrozado.

¿Puede navegar pero no puede tocar puerto?

Realmente nadie me ha prohibido nada, pero yo entiendo que no estoy en una situación de navegación de recreo. Estoy en una situación de supervivencia. Ahora estoy bien aquí. Mi objetivo es ahorrar combustible, víveres y todo lo que pueda para poder alargar mi estancia. Aunque me dejasen bajar a tierra, en estos momentos es un riesgo. El cruzarte con alguien es un riesgo. Si no tengo más remedio que comprar algo, me acercaré a Formentera. La Guardia Civil me ha dado facilidades y, de hecho, he llamado al Consell de Formentera para decir que estoy aquí y entrar en el registro que están llevando de las personas que venimos de fuera. Yo estoy en Formentera desde antes de que cerraran los puertos.

¿Hasta qué día va a estar?

No tengo fecha de vuelta. Cuando se solucione esto. Que me imagino que será antes del verano. Me habré quedado sin vacaciones de verano pero, de momento, no me voy a arriesgar a coger nada y morirme. En enero cogí una gripe que me tuvo 12 días en cama y lo pasé fatal. Si esto es peor que una gripe, es que ni me lo planteo.

Mi objetivo es ahorrar combustible, víveres y todo lo que pueda para poder alargar mi estancia.

Es decir, ¿está dispuesto a quedarse en s’Espalmador un mes, más de un mes…?

Lo que haga falta

¿Sigue trabajando?

Me conecto al despacho. Tengo dos empleados y un socio. Somos administradores de fincas, así que vamos trabajando. Las reuniones de vecinos están todas prohibidas, así que nos hemos quedado con la parte de incidencias y averías, que estamos solucionando.

E

n el plano personal, ¿cómo lo está viviendo? ¿Tiene hijos?

Tengo un hijo de 18 años que trabaja en Eurodisney París y está allí, confinando en su residencia, y estoy en proceso de separación de mi mujer.

¿Tiene agua dulce suficiente?

El tema del agua dulce lo tengo solucionado desde hace muchos veranos. La mayor parte de las cosas que se hacen en casa con agua dulce se pueden hacer con agua salada. Lavar los platos lo puedes hacer con agua salada y si te duchas también lo puedes hacer con agua salada y, el último enjuague, después del jabón, lo haces con agua dulce. Obviamente para cocinar, igual.

¿Está pescando para comer?

No, no me gusta el pescado. Si pescara borregos, pescaría y me los comería pero no los hay en el agua (ríe).

¡Un marino al que no le gusta el pescado!

Pues no. Nunca me ha gustado (ríe).

¿Y qué come?

Pues anoche hice arroz al horno para dos días.

¡Caramba!

La cocina es pequeñita. Coges el recipiente donde lo vas a hacer y pones la longaniza, la morcilla y la costilla, que está en aceite de orza, que ya está frito, y no manchas nada. Metes aceite, patata y ajo y un brick de caldo y al horno. En cuatro minutos de preparación y 20 minutos para el arroz, tienes un arroz al horno que te dura lo que quieras. Tengo carne congelada, pimientos, cebollas, ajos… y voy haciendo arroz caldoso o me hago una hamburguesa completa. Comer, como, igual que en casa.

¿Le pesa la soledad?

No, ¡hay tantas cosas que hacer! Siempre he querido escribir un libro y lo estoy haciendo.

¿Ficción, un diario?

Es una especie de diario en el que cuento las experiencias del día y los recuerdos de cómo era esto antiguamente, de los recuerdos que tengo. No sé si me saldrá bien o mal. Si puedo publicarlo, lo publicaré y, si no, será un recuerdo de esta aventura.

Hay gente de Formentera que nos dice que por qué no se les habrá ocurrido a ellos…

Desde el barco, cuando estuve en la ensenada del Cabrito fondeado nueve horas a refugio del viento que entraba en s’Espalmador, observé que había gente pescando con cañas, una señora paseando a un bebé en un carrito… No se escondían, iban como en un día normal. El domingo pasado puse gasolina en la marina de Formentera y el bar de la Estación marítima estaba abierto. Yo estoy haciendo un esfuerzo para estar aislado. No estoy de crucero, estoy de supervivencia. Y, sin embargo, hay otros que parece que estén de crucero. Los primeros días en s’Espalmador, los barcos estaban de campo y playa y eso tampoco es. He decidido hacer la cuarentena de una forma distinta pero estoy preocupado por lo que está pasando fuera. Y no estoy disfrutando en absoluto como cuando me voy de navegación en verano. Podría estar navegando todos los días de una cala a otra y no supondría un peligro para nadie. Pero no es eso.

Yo estoy haciendo un esfuerzo para estar aislado. No estoy de crucero, estoy de supervivencia. Y, sin embargo, hay otros que parece que estén de crucero.

¿Cómo gestiona los residuos?

Meto la basura en botellas de plástico grande, de dos litros. Un brick lo cortas a tiras y lo metes dentro de la botella y, como la botella cierra herméticamente, lo metes en la sentina, en la parte de abajo del barco, y no salen olores ni nada. Puedes ir almacenando botellas y tirarlas al llegar a tierra. No gotea, no hace olor… no te imaginas lo que cabe dentro de una botella. Eso sí, necesitas dedicar un rato a cortar y aplastar todo. ¡Pero ahora tengo tiempo!