La Asociación Noches de Ibiza (AEON) propone al Ayuntamiento de Sant Antoni que el barrio conocido popularmente como West End (aunque no es su nombre oficial) recupere la denominación histórica y tradicional de sa Raval.
El vicepresidente de la Asociación y dueño del histórico bar Colón, José Colomar Ribas, afirma que “este barrio realmente siempre se ha llamado sa Raval, porque era la zona de viviendas próxima al puerto. Desde la Asociación defendemos que el nombre que se promocione a partir de ahora sea sa Raval, que es el que siempre ha correspondido a esta zona”.
También recuerda que “además de cambiar el nombre, se trata de promocionar al conjunto de la zona de otra manera. La intervención de Okuda ha sido excelente, sobre todo para la calle Santa Agnès, pero el resto de calles han quedado fuera de esta intervención artística y necesitamos mejoras, sobre todo en cuanto a limpieza e iluminación. Si también fuera posible que se amplíe la zona de intervención de arte urbano al conjunto de las calles colindantes sería muy positivo para darle sentido a este barrio, si el Ayuntamiento quiere promocionar Sant Antoni como un destino cultural y turístico”.

De esta forma, AEON «valora positivamente el acuerdo adoptado por la corporación municipal, en el último Pleno celebrado el 27 de agosto«. El cambio de nombre y la desaparición de “West End”, forma parte de una «estrategia de reconversión que pretende romper con la imagen de turismo de excesos y mejorar la convivencia y la calidad de vida de los residentes, además de dar un nuevo impulso a la actividad empresarial».
El secretario de la Junta Directiva de la AEON, Juan Pantaleoni, también confirma que sa Raval era la denominación tradicional e histórica de la zona y se remite a la Enciclopèdia d’Eivissa i Formentera como fuente de documentación.
Efectivamente, la Enciclopèdia confirma que sa Raval de Sant Antoni se correspondía con el casco urbano del pueblo y se desarrolló junto a los dos núcleos que conformaban la iglesia y el puerto, aunque llegó a extenderse hasta ses Variades. La primera noticia sobre los pobladores de estos terrenos data de 1305, cuando solicitaron permiso al arzobispo de Tarragona para construir una capilla, junto a la que también habilitaron un cementerio. En 1785, Sant Antoni consiguió el título de parroquia y, en 1836, la zona fue dividida en los barrios de sa Raval, Cas Ramons, sa Vorera y Buscastell.

La Enciclopèdia también documenta que a finales del siglo XIX ya existía un registro de 90 casas, junto a la iglesia y el Ayuntamiento. A comienzos del siglo XX, Sant Antoni se desarrolló como la principal zona turística de la isla, con la inauguración de la Pensión Esmeralda y el Hotel Portmany, en el año 1933, junto a otros negocios hoteleros.
En las referencias recogidas por Vicent Ferrer Mayans en la Enciclopèdia se incluye que “la fuerte expansión de la industria turística ha hecho que sa Raval pase a ser un núcleo con una fuerte presencia de actividades del sector terciario y de servicios”.
AEON fundamenta su propuesta en otras fuentes que confirman que sa Raval constituye históricamente una vénda (subdivisión territorial tradicional) que abarca, en líneas generales, el casco urbano de Sant Antoni, con el puerto y la iglesia como centro. Por ejemplo, la Gran Enciclopèdia Catalana (GEC) define sa Raval como “la vénda del municipio de Sant Antoni de Portmany (Eivissa), donde se encuentra el núcleo principal”.
En la misma línea, el Ayuntamiento de Sant Antoni ya incluye sa Raval en el listado de véndes actuales del término municipal y las describe como “las unidades territoriales tradicionales y propias de la isla en las que ésta se divide desde la creación de los quartons, barrios y núcleos dispersos de población”.
Otras referencias que aporta AEON son, por ejemplo, el artículo divulgativo de Enric Ribes i Marí titulado ‘Anem a fer celera per s’Arraval!’, ilustrado con una imagen de ‘El port i el raval de Sant Antoni de Portmany’, firmada por Joan Josep Guasch. En este artículo se explica que ‘raval’ significa parte de una población.
También CORE, el recolector mundial de documentos científicos en acceso abierto, enumera las vendas de la parroquia de Sant Antoni, incluyendo la “vénda de sa Raval”.
En la misma línea, el presidente de AEON, Pepe Roselló, ya escribía en un artículo publicado en 2021 que “sa Raval era un racimo de casas con sus tancons, donde se cultivaban hortalizas y se criaban animales. Payeses, pescadores y trabajadores vivíamos en armonía. A partir de los ochenta, el barrio inició un proceso de declive. Llegaron los guías, la competencia salvaje de nuevos bares que prácticamente regalaban la bebida, los pub crawls, los excesos… Sa Raval se transformó definitivamente en el West End. Recuerdo una carta que en 1986 firmamos 39 locales exigiendo al Ayuntamiento que restableciera el orden”.
El mismo artículo, publicado en Diario de Ibiza bajo el título ‘Indulto para Sant Antoni’, recogía que “el West End es la herencia de todas aquellas familias, las mismas que crearon la posibilidad de que Sant Antoni se desarrollara turísticamente, con trabajo y dignidad, adelantándose al resto de municipios: el Hotel Portmany, Can Sala, Can Reiet, El Parral, Can Vicent Bonet, Can Micolau, Can Toni Tanca, Can Vicent Xiquet, Can Putxet, Can Pep Pera, Can Pep Coix, Ca’s Tio Joan, Ca na Margalida, La Mutual, Can Trull, Can Graó, Can Tunís, Can Florencio, Can Marianet, Ca’s Padrí, Sa Plana, Cas Sifoner, Ca na Pepa Cala, Can Pep Xico, Can Tití, Can Vinyes, Can Figueretes, Can Ribes, Can Vicent Mosson, Ca n’Escandell, Can Toni Mino, Ca n’Arabí, Ca sa Roca, Can Sendic, Can Molina, Can Vicent Bonet, Can Mariano Mestre, Can Pitango, Ca na Pepa Simón, Es Tancó de Sa Plana, Ca n’Hereu, Can Capó, Ca n’Era Vella, Can Bartomeu Llucià, Can Nebot, Can Pere Prats, Can Coixet, Can Rova y algunos más que todavía viven. Un recuerdo para Feixes, Es Sifoner y Pepita Trull, que en La Polar, con sus famosos bocadillos de jamón y queso, alimentaban los primeros deseos del anochecer en sa Raval”.
El presidente de AEON subraya la vigencia del texto y defiende que sa Raval es el nombre adecuado y también un símbolo: “Necesitamos un plan serio y ambicioso que revitalice esta zona tan devaluada y fundamental de nuestra historia. El barrio necesita una profunda renovación. Un entorno que invite a disfrutar del ocio, la gastronomía, la música y la cultura. Guardemos el testimonio del pasado y devolvamos a la zona el esplendor genuino que siempre tuvo sa Raval, como una nueva oportunidad para los empresarios de la zona, que sufren la competencia desleal del ocio diurno y las consecuencias de la implantación de la Zona de Protección Acústica Especial”.
En ese sentido, el vicepresidente de AEON, José Colomar, concluye: “El hecho de tener un horario más reducido que el resto de la isla nos afecta bastante. De hecho, mucha gente no viene a esta zona porque se cierra antes.La Zona de Protección Acústica Especial (ZPAE) hace que todos los negocios de ocio nocturno de este barrio cierren a las tres de la madrugada, sin ninguna diferencia entre bares, cafés concierto y salas de fiestas. Eso, en comparación con otras zonas de la isla, supone un agravio bastante grande y nos afecta mucho, desde hace años. Desde AEON defendemos que el ayuntamiento cambie el nombre del West End y también que incluya la derogación de la ZPAE entre las nuevas medidas de impulso y revitalización de esta zona. La ZPAE empobrece nuestra oferta de ocio porque limita la oferta cultural con música en vivo y prácticamente elimina la posibilidad de explotar una sala de fiestas de forma rentable”.