La del Parador de Ibiza es una historia interminable plagada de todo tipo de vicisitudes imposibles de prever. Su apertura al público vuelve a retrasarse por unas “obras municipales no previstas” que bloquean el acceso principal al edificio, según informa Paradores. Ya veremos si algún día lo abren.
La ciudadanía contempla la enésima demora en la inauguración del histórico monumento con una mezcla de resignación, sorna y un escepticismo más justificado. Quizás nuestros nietos vivan la fiesta que a nosotros, por lo que sea, se nos niega tozudamente.
Paradores de Turismo afirma que lo tenían todo listo para abrir este otoño. Obras terminadas, instalación a punto, mobiliario en marcha, personal preparándose… Pero, de repente, el Ayuntamiento de Ibiza decide iniciar una obra en el Camí del Calvari —el acceso principal al futuro parador— sin previo aviso, ni técnico ni formal.
Lo comunican informalmente en una reunión el 23 de julio, cuando la excavadora ya llevaba un día trabajando. A Paradores se le queda cara de póker y solicita una reunión de urgencia para saber qué demonios está pasando. Se celebra el 30 de julio. ¿Resultado? Carretera cortada hasta Navidad. Nuestro gozo en un pozo.
Y así, la ansiada apertura del Parador de El Escorial de Ibiza queda otra vez en suspenso. Dicen que hasta finales de diciembre, pero en esta isla ya no se cree en fechas. La mayoría prefiere esperar a verlo con sus propios ojos, entonces lo creeremos. Desde que se anunció la recuperación del castillo de Vila para uso turístico, en los tiempos de María Castaña, lo único constante ha sido el retraso.
Desde Paradores han tenido que reorganizar todo el plan de puesta en marcha y trabajan contrarreloj para meter dentro del edificio hasta el último tenedor antes del 15 de octubre, fecha en la que el acceso quedará completamente bloqueado. El castillo, sitiado.
A estas alturas, lo del Parador ya es una leyenda urbana. Unos dicen que lo han visto por dentro, como si fuese el monstruo del lago Ness. Otros aseguran que no abrirá nunca, aunque la esperanza es lo último que se pierde. Mientras tanto, presumimos de tener en la cumbre de Dalt Vila un castillo fantasma que algún día superará el encantamiento que priva a los ibicencos de acceder a él. Incluso pagando.
sí que estava avisat Paradores…. això va camí de la Sagrada Família… lamentablement