Vinieron los olores el viento y la luz después. Y mis ojos se abrieron en el jardín descubriendo que más allá de los sueños, existía un mundo que ahora despertaba. Un mundo de pequeños sueños durmientes de noche despiertos de día. Llegaron los olores del invierno: de tierra aguada de naturaleza inmensa de chimenea y hogar. Mientras avanzaba la tarde el viento descubrió los colores de tu diminuto vestido y con la luz te vi arrancando gotas de lluvia de una pequeña gardenia. Por Jaume Torres