La mujer que vive sin agua ni luz con su hija menor en Sant Antoni logra desbloquear los trámites para lograr la cédula de habitabilidad

Mónica Costa Losa, la vecina de Sant Antoni que lleva desde finales de enero viviendo si suministro eléctrico ni agua corriente en su vivienda, ubicada cerca del Mercadona del pueblo, ya respira más aliviada tras conocer que ya tiene firmados todos los documentos municipales que precisa para poder acudir al Consell de Ibiza a tramitar la cédula de habitabilidad que le permita acceder a los suministros.

La afectada tiene previsto enviar toda la documentación al arquitecto de inmediato, gestionar el siguiente trámite y conseguir tener agua y luz en su vivienda. Costa Losa estaba preocupada porque, tras presentar la documentación, habían pasado dos semanas sin que avanzase el proceso pero finalmente «se ha rubricado todo».

Su caso, que avanzó hace unas semanas Noudiari.es, ha llegado hoy al pleno del Ayuntamiento de Sant Antoni donde debería haberse tratado en una moción al respecto de la portavoz de Vox, Esther Fernández Van Sloun, pero que no fue admitida por presentarla media hora después del cierre de admisión de estas mociones. De todos modos, la portavoz sí que ha aprovechado una interpelación al principio del pleno para sacar a la luz el tema e insinuar que si los trámites se han acelerado y todo se ha firmado ahora es precisamente porque «sabían de la presentación de la moción». La afectada, por su parte, agradece la ayuda de Fernández Van Sloun, que también la orientó en los últimos pasos que ha dado con la nueva solicitud.

Hay que recordar que Mónica Costa Losa, auxiliar administrativa y madre separada, ha vivido una auténtica pesadilla tras comprar una vivienda en Sant Antoni hace un año y seis meses aproximadamente. A pesar de contar con escrituras, registro de propiedad y recibos municipales que la acreditaban como vivienda, el Ayuntamiento sostenía que el inmueble era un local y le denegaba los informes necesarios para obtener la cédula de habitabilidad, impidiéndole acceder a suministros básicos como agua y electricidad.

Ante esta situación, Costa Losa presentó una demanda contra el vendedor por presunta estafa, pero el juez desestimó su petición, confirmando que el inmueble figuraba como vivienda en el Registro de la Propiedad y que el conflicto deriva de un error catastral. Además, fue condenada a pagar las costas judiciales.

Mientras luchaba por regularizar su situación, la afectada y su hija han sobrevivido sin luz ni agua corriente, iluminándose con farolillos recargables, calentando agua en un cazo para asearse y transportando garrafas desde el pozo de Sant Rafel. Solicitó una solución al Ayuntamiento, que en un primer momento le aconsejó denunciar al vendedor, y que incluso llegó a abrirle expedientes sancionadores urbanísticos y medioambientales.

«El alcalde en el pleno ha comentado que el caso estaba judicializado, pero, si lo estaba, fue porque desde el Ayuntamiento me orientaron mal al decirme que mi vivienda era en verdad un local. Por eso denuncié a las personas y al intermediario que me lo vendieron, pero el juez ha dictaminado que es una vivienda y no un local, tal y como indica toda la documentación aportada», remarca la afectada.