Esta semana, la Policía Local de Santa Eulària logró detener una fiesta ilegal en una villa privada de la zona de Cala Olivera, con más de un centenar de personas, entradas a 130 euros y ‘transfers’ desde un aparcamiento hasta la casa.
El evento, promocionado a través de canales de mensajería y redes sociales como una “fiesta privada”, fue cancelado por carecer de licencia y no cumplir con las mínimas condiciones legales y de seguridad.
Sin embargo, tras el operativo policial que incluyó el uso de drones, los organizadores difundieron un mensaje en sus canales en el que piden disculpas a los asistentes por los “problemas técnicos” y aseguran que para el próximo evento contarán con “una licencia bien hecha”. “Pedimos disculpas por el último evento, hemos tenido algún problema con la licencia, pero bueno, ya está arreglado (…) Vamos a hacer todo limpio y claro”, reza el mensaje, donde también prometen “un regalito” a los asistentes que se vieron afectados por la suspensión y añaden: «¡Nos vemos en el próximo evento!».
La Policía Local de Sant Josep ha sido quien ha hecho público este mensaje, felicitando, por una parte, a sus compañeros de Santa Eulària por su buen trabajo y, por otro, reaccionado con contundencia a esta comunicación, publicando un mensaje en sus redes en el que ironizan sobre la justificación de los organizadores: “¡¡¡Qué piden disculpas porque han tenido algún problema con la licencia y que ya está arreglado!!!… Sí, sí, un problemilla… de 300.000 euros”, señalan en alusión a las cuantiosas sanciones que puede acarrear la celebración de fiestas ilegales.
La publicación de la policía de Sant Josep lanza una seria advertencia: “Estáis jugando con la salud de las personas y su integridad física, participando de la producción de ilícitos como el tráfico de drogas y la trata de blancas, y vete a saber qué más”. También cuestionan la falta de garantías de seguridad en estos eventos: “¿Qué ocurre si se produce una agresión sexual en vuestra fiestecita? ¿Y si hay un intoxicado por lo que se mueva ahí… y si se va al otro barrio?”.
Los agentes también ponen el foco en la responsabilidad de los DJs que participan en estas fiestas y en quienes los contratan: “Súper profesionales… que quienes los contratan se lo hagan mirar, pues tienen al lobo en el corral”.
Lo cierto es que la celebración de fiestas ilegales y de afters post-discoteca en villas de Ibiza es algo cotidiano.