Es el punto negro por excelencia de la red viaria de la isla. Un tramo en el que, este verano, han perdido la vida tres personas en dos accidentes mortales, aunque si se tira de hemeroteca se comprobará que esta ya era una via conflictiva hace dos décadas.
Ahora el Consell de Eivissa y el Ayuntamiento de Santa Eulària han anunciado un proyecto de remodelación de este tramo viario que deberá pacificar la zona. Un proyecto que será financiado por la institución insular y ejecutado por parte del ayuntamiento
Así, el conseller de Infraestructuras Viarias, Mariano Juan, y la alcaldesa de Santa Eulària, Carmen Ferrer, se han reunido este martes para hacer seguimiento de los avances del proyecto. Las obras previstas, con un importe de licitación estimado de 991.381,59 euros, incluirán itinerarios para peatones en ambas aceras de la carretera, con guardarraíles, un paso de cebra (paso elevado) para cruzar la carretera, dos zonas de paradas de bus con carriles de circulación, disposición de dos zonas para la ubicación de contenedores de residuos, se establecerá la velocidad máxima del tramo en 50 km/hora, prohibición de avanzar en todo el tramo, sustitución de los puntos de luz existentes para reforzar la iluminación y mejora del drenaje superficial.
Siguiendo el modelo que ya se ha desarrollado en otros tramos de la red viaria insular que pasan por cascos urbanos de Santa Eulària, como son la travesía de ca na Negreta o de Sant Carles, a los cuales el Consell se ha encargado de la financiación y el Ayuntamiento de la redacción de los proyectos y de su ejecución, en la travesía de Can Marçà se seguirá con el mismo modelo de cooperación, pero en esta ocasión la redacción del proyecto es del Consell y la ejecución del Ayuntamiento. Cómo ha explicado el consejero Juan, esta vía de trabajo “ha demostrado ser una fórmula muy eficaz para avanzar en la ejecución de los proyectos que los vecinos piden a las administraciones. En este caso, el Consell proyecta y el Ayuntamiento ejecuta”.
La alcaldesa de Santa Eulària, Carmen Ferrer, ha destacado que este proyecto “es muy necesario puesto que responde a una petición ciudadana y contribuye a la mejora de la seguridad en un tramo que, históricamente, ha sido peligroso tanto para vecinos como para los visitantes del municipio”.