Las playas de s’Arenal Petit y Gros de Portinatx, ubicadas en el norte de la isla de Ibiza, se recuperan hoy de una riada brutal que ha dejado imágenes tan impactantes como las de las históricas inundaciones de 1977, aunque esta vez, afortunadamente, sin heridos ni daños personales graves.
En el pequeño núcleo costero, vecinos, trabajadores y turistas contemplan esta mañana los montones de arena desplazados, las tuberías que han quedado a la vista y los restos vegetales arrastrados por el agua. Las playas de s’Arenal Petit y s’Arenal Gros lucen irreconocibles tras sufrir una de las peores riadas de su historia.
“El agua salía por aquí como un río”
En s’Arenal Petit, la fuerza del agua ha arrancado toda la arena del inicio de la playa, ha anegado un huerto cercano y ha dejado al descubierto varias tuberías, una de ellas rota. “El agua salía por aquí, como un río. Había más de un metro de agua. El huerto de mi abuelo parecía una piscina”, relata Maria Torres, al frente del emblemático Tot Styl, uno de los comercios de souvenirs más antiguos de la zona con 53 años de historia.
Maria recuerda otra gran riada: “En el 77 sí que me acuerdo… entonces se ahogaron dos personas. Esta vez hemos tenido mucha suerte.” A pesar del susto, asegura que el ánimo en el pueblo se mantiene. “Los chicos del restaurante, que es de mis hijos, nos ayudaron a limpiar y no ha habido daño material. Estamos en ello todavía.”


Y es que, pese a todo, la actividad regresa poco a poco. Los hoteles mantienen su rutina y los restaurantes reabren. Chiara, del restaurante Rebrots, explica que apenas tuvieron problemas: “Solo un poco de agua en el baño, pero nada grave.”
Paradójicamente, la playa ‘petita’ parece ahora más grande. “Es que está más grande, no es un efecto óptico: la riada se ha llevado toda la arena de aquí delante, pero la ha depositado más allá, hacia el mar. La playa ha crecido metros y metros”, describe Maria Torres, que se conoce el arenal como la palma de su mano.
Nos señala la pasarela de madera, que aparece destrozada y una sabina que ha caído arrancada de cuajo sobre otro tramo de la misma pasarela. Sin embargo, los turistas no desaparecen. Hay gente haciendo castillos de arena y bañándose. Parece mentira pero la normalidad también sigue su curso, como ayer lo hizo la riada.
“Parecía el Amazonas”
A escasos metros, en s’Arenal Gros, el panorama es todavía más espectacular. Media playa ha quedado inundada y un canal atraviesa la arena hasta el mar. “Parecía el Amazonas bajando de la montaña. Era impresionante”, describe Jorge Borgarelli, cocinero del restaurante s’Arenal, que lleva tres décadas trabajando en la zona.

El agua no solo se llevó arena: arrastró hamacas, coches y hasta un gran remolque. “Ese remolque estaba allá atrás, y el agua lo trajo hasta la playa. Mira la fuerza que traía para mover semejante bicho”, describe el cocinero.
Borgarelli asegura que nunca había visto nada igual. “En treinta años, jamás. Llovía a mares. No se podía bajar ni por la playa ni por la carretera. Todo era un río”.
“Tuvimos que cambiar de habitación”
Entre los sorprendidos están también los turistas. Anne y Renato [nombres ficticios porque prefieren que no aparezca su identidad en el reportaje] son una pareja alemana que lleva nada menos que ocho años veraneando en Portinatx. Nos cuentan su experiencia en el Grupohotel Ibiza Beach Resort, en primera línea de s’Arenal Petit.

“El agua llegó hasta la terraza, casi un metro. Pensamos que se iba a romper la ventana y que nos quedaríamos sin luz.” Afortunadamente, fueron reubicados en otra habitación en las plantas superiores. “Fue una aventura extra… sin suplemento”, bromean entre risas. “Y aun así seguimos contentos. Portinatx es nuestro lugar”, añaden sin perder el ánimo.
“La pasarela se la ha llevado el agua”
El empresario Dani, con varios locales en la zona, nos indica algunos de los daños más severos: una parte de acera hundida con un boquete enorme junto al paseo. “Ahí debajo se ven los tubos del saneamiento. Por ahí bajó el torrente como si fuera un río. Es peligroso”, alerta.


“Mirar para adelante”
Maria Torres, la veterana del souvenir Tot Styl, resume el espíritu de Portinatx con una frase sencilla:
“Ha sido una semana trágica, también porque ha coincidido con la pérdida de alguien cercano, pero hay que mirar para adelante”. Muy cerca, unos niños juegan a hacer castillos de arena. Los turistas se hacen fotos. Parece que vuelve todo a la calma pero el cielo luce unas nubes bastante amenazantes. Ha vuelto la alerta naranja.







