L. F. A / La prolongación de las restricciones de apertura de los restaurantes y bares, que solo pueden servir en las terrazas al 50 por ciento del aforo y de 9 a 17 horas de la tarde, se está haciendo insoportable para los hosteleros de Ibiza.
Por ello, y a la vista que ya se acerca la fecha de revisión de las medidas (este 23 de abril), las patronales de la isla están incrementando la presión al Govern balear para que les permita aumentar su actividad con tres puntos clave en su reivindicación: aumentar el aforo de las terrazas, permitir dar servicio en el interior de los establecimientos y dar servicio de cenas.
En todo caso reclaman que el sistema de niveles cuente con parámetros científicos coherentes y que sirva de base para tomar medidas en el futuro.
Así se lo ha confirmado a Noudiari Pimeef Restauración, aunque el malestar se extiende a otras asociaciones de restauración y comercio de la isla. Y es que los comerciantes han detectado que el cierre de los bares y restaurantes tan temprano arrastra a la actividad comercial. Es decir, que más allá de las 17 horas, la actividad en el centro de Vila cae en picado. Sin apenas gente por la calle pocas personas acuden a los comercios.
Fuentes de Noudiari apuntan que va a haber reuniones entre la patronal Pimeef, asociaciones de restauración y comercio e instituciones insulares durante esta semana y que esta vez no van a permitir que la situación siga igual.
Por el momento no avanzan qué medidas estarían dispuestos a tomar si les imponen continuar como hasta ahora, pero, en todo caso, sí apuntan a que “habrá que plantearse otras diferentes” a las que ya han tomado hasta el momento, como las movilizaciones en caravanas de coches por la ciudad.
Pérdidas que repercuten en la salud
Pérdidas económicas de miles de euros acumuladas en el tiempo, incertidumbre y miedo al futuro están pasando factura a los hosteleros y restauradores y se están traduciendo incluso en problemas de salud derivados de la ansiedad que parecen desde hace meses.
Un drama que tiene que terminar porque aseguran que no hay justificación a día de hoy para que sigan atados tan en corto. Los datos de incidencia han mejorado y no se ha producido el repunte de casos que se esperaba tras la Semana Santa, argumentan.
La incidencia sube, la gente en los bares no está separada ni de coña (las mesas sí, pero entre silla y silla de diferentes mesas no hay ni 3 palmos), la gente fuma como siempre, donde y cuando quiere. Pues normal que suba la incidencia y no se quiera abrir. Las vidas antes que la economía.