El Gobierno británico prohíbe el ‘gas de la risa’, cuyos recipientes colapsan la planta de reciclaje de Ibiza

El Gobierno británico está decidido a prohibir el oxido nitroso, conocido como ‘gas de la risa’, debido al creciente número de ingresos hospitalarios registrados en los últimos tiempos en el país debido a su consumo. Esta ‘droga’, con la que se trafica impunemente en los principales núcleos turísticos de Ibiza, como Platja d’en Bossa y Sant Antoni, es una de las sustancias más consumidas por los jóvenes británicos de entre 16 y 24 años que quieren ‘colocarse’, principalmente porque es barata y sus efectos son inmediatos.

Sin embargo, el uso continuado puede causar daños en el sistema nervioso, el aparato digestivo y disfunción eréctil, entre otras afecciones. Actualmente, en el Reino Unido está prohibido el suministro de óxido nitroso para uso recreativo, pero no su posesión. Algo que va a cambiar muy pronto, según ha anunciado el Gobierno, que se ha propuesto que su posesión sea ilegal antes de finales de este mismo año.

El óxido nitroso es un gas incoloro que suele venderse en botes de metal, unos recipientes que han llegado a colapsar este mismo verano la planta de reciclaje de Ibiza. Incluso una botella que contenía este fluido explotó en la trituradora de residuos de Ca na Putxa y salió eyectada hacia arriba, con tal velocidad y potencia, que hizo un agujero en el techo de la planta, como puede leerse en este artículo.

Cada día se consumen en la isla cientos y cientos de botellas de este gas, que acaban en cualquier contenedor y, de allí, a la planta del vertedero de Ibiza. Su gestión es insostenible, señalan sus responsables, y, además, pueden provocar explosiones durante su tratamiento como se ha visto recientemente. Su consumo es ya un problema medioambiental y de salud pública de primer orden en Ibiza, principalmente durante los meses de verano

Como en España por el momento es una sustancia legal, es complicado actuar contra su comercialización y consumo, ante el que solo se puede luchar como si de venta ambulante ilegal se tratase. Algo similar a lo que ocurre actualmente en el Reino Unido y que el Gobierno se ha propuesto cambiar de inmediato ante el aumento de problemas de salud y hospitalizaciones que está causando entre los jóvenes y la adicción que está creando entre ellos.

Entre las diferentes propuestas para la nueva Ley que se está tramitando se valora la posibilidad de penar con hasta dos años de cárcel y una multa económica a quienes se encuentren en su posesión.