El secuestrador más temido de Alemania se recluye en Ibiza tras salir de la prisión

R. Beltrán/ Thomas Drach, un conocido secuestrador alemán, ha sido localizado en Ibiza después de haber cumplido una condena de 15 años en su país natal. Drach saltó a las primeras páginas de la prensa germana cuando en 1996 raptó a Jan Philipp Reemtsma, hijo de un adinerado empresario alemán y heredero de la British American Tobacco Germany, y lo mantuvo en cautiverio durante 33 días.

Drach liberó a su víctima después de cobrar un rescate de 15 millones de euros, cuyo paradero continúa siendo una incógnita 18 años después de que pasara de las manos de la familia Reemtsma a las del exconvicto alemán. Lo que sí se ha sabido con certeza es que el destino de Drach nada más poner un pie fuera de prisión fue España, a donde voló el 21 de octubre de 2013, el mismo día en que fue excarcelado en régimen de libertad condicional, según ha detallado el rotativo alemán Bild. Los medios alemanes sitúan a Drach en una mansión situada a unos 10 kilómetros de la ciudad de Ibiza, donde vive con dos amigos y mantiene una vida de reclusión, ya que rara vez traspasa los muros que cercan la lujosa villa.

Medidas de control que no se aplican en España
Desde que abandonó la cárcel de Fuhlsbiittel en Hamburgo, Drach lleva  una tobillera de seguridad que informa en todo momento de su paradero. Asimismo, al cumplir su condena le fueron impuestas otras medidas de control, tal y como detalla Focus, como presentarse semanalmente ante su agente de la condicional y conseguir un trabajo estable. No obstante, estas restricciones sólo son aplicables en Alemania, por lo que el exsecuestrador se libró de ellas el mismo día en que se subió a un avión rumbo a España.

Jan Philipp Reemtsma permaneció durante 33 días encadenado en un zulo y siendo objeto de palizas y malos tratos, según relató la propia víctima en un libro que escribió tras recuperar la libertad. Sólo después de que su familia, popes de la industria tabacalera alemana, abonase el millonario rescate, Reemtsma volvió a ver la luz y se libró de sus crueles captores.

Un secuestrador cazado por su amor por los Rolling Stones
Tras embolsarse el botín, el de mayor cuantía de la historia de Alemania hasta 1996, Drach huyó a Sudamérica, donde disfrutó durante dos años de una vida marcada por el lujo y la opulencia. La web Página 12, en un artículo publicado a raíz de su captura y extradición, relata con minuciosidad el impresionante tren de vida que llevó el criminal más buscado de Alemania antes de que la Interpol lo arrestara el 28 de marzo de 1998. La pista para dar con su paradero provino de la pasión de Thomas Drach, alias Lord Anthony Lawlor, por los Rolling Stones, ya que los servicios secretos alemanes averiguaron que el fugitivo había reservado una suite en el Caesar Park de Buenos Aires para acudir a un concierto que el grupo liderado por Mick Jagger iba a ofrecer en el estadio del River Plate.

Pero antes caer en manos de sus captores, Drach había montado su base de operaciones en Uruguay, desde donde viajaba con asiduidad a otros países de Sudamérica. Era conocido por su afición a visitar burdeles, donde conoció a una bailarina, la argentina María Cristina Irasari Aranguren, que se convertiría en su compañera inseparable en sus largas jornadas de fiesta y desplifarro. Una mansión en Punta del Este, estancias en las suites más exclusivas de los hoteles de lujo de varias capitales sudamericanas y una flota de coches de alta gama. Drach pudo vivir como un millonario durante dos años y ahora, a sus 53 años y con un botín económico a buen recaudo, ha decidido instalarse en Ibiza, donde lleva una existencia mucho más discreta que de la que hizo gala tras dar el golpe más sonado de la década de los noventa en Alemania y cuya sociedad todavía recuerda.