Familiares de Sa Residència Colisée: “No estamos en las comisiones y se nos cuestiona, esto es una doble victimización”

Mañana se cumple un mes desde que el pasado 4 de febrero Noudiari sacó a la luz las quejas que los familiares y usuarios Sa Residència Colisée habían manifestado en un escrito conjunto y también a través de la plataforma Wedoxa. Relataban preocupantes negligencias en cuestiones básicas como higiene de los mayores o la medicación de los internos.

Un mes después, buena parte de los familiares considera que “no se ha hecho suficiente”, que las medidas que ha tomado la empresa —tras la inspección del Consell de Ibiza— “son meramente cosméticas” y que el principal fallo de la gestión actual es que los representantes de los familiares están excluidos de las comisiones y/o reuniones Colisée, Consell de Ibiza y Govern balear en las que se está haciendo seguimiento.

«Esto es como si en un caso de malos tratos, el juez, en lugar de escuchar a la víctima, escucha solo al maltratador para que le explique cómo va a dejar de maltratar a la víctima. Porque esto, no lo olvidemos, es un caso de maltrato a nuestros mayores», explica una familiar a Noudiari. 

En este sentido, otra portavoz de las familias explica que lo más triste para ellos es sentirse cuestionados por las administraciones públicas. “Es una doble victimización, nos hacen sentir como si estuviésemos exagerando, es terrible”, explica. 

En cambio “sí se está dando veracidad a las explicaciones de Colisée, a sus explicaciones y a sus planes”, lamenta. “La sensación es de desazón cuando tenemos derecho a saber si esto se va a solucionar de verdad, llegando a la raíz del problema”, remarca una portavoz.

«Colisée puede decir muchas cosas pero quienes en verdad sabemos si las medidas funcionan o no somos lo familiares», aseguran. “Y la realidad es que no nos fiamos de esta empresa ni de sus medidas”, sentencian a la vista de cómo han llegado a tratar a sus mayores a lo largo de meses y meses.

Los familiares consultados subrayan que toda la gestión de esta crisis se está enfocando de manera errónea: «el problema para Colisée es salvaguardar su imagen, solo les importa eso, no el residente. Es decir, que pueden poner en marcha medidas estéticas pero el problema de fondo es el mismo: que un fondo de inversión va a querer siempre la máxima rentabilidad y los ancianos no deberían sufrir las consecuencias que eso implica», insiste otra familiar consultada.

Los familiares, a lo largo de este mes, han asistido «atónitos», además, a un abordaje del tema desde las instituciones en clave política. “Con un cruce de acusaciones entre los partidos que forman el Govern y el Consell. Esperamos que, al menos, esta sea la oportunidad de que el trato correcto a los mayores entre en los programas electorales de todos los partidos. Parece que estamos normalizando el maltrato a los mayores y esto, insistimos, no es un tema político sino social y sanitario”, añaden.

Por eso lamentan lo que califican como “falta de transparencia” por parte de las instituciones al no permitirles participar en las reuniones para saber qué está pasando, poder rebatir a la empresa si es preciso y conocer “de una vez” cuáles han sido los resultados tanto de la auditoría del Govern como de la más reciente inspección del Consell de Ibiza

¿Qué está pasando estos días dentro de Sa Residència?

Uno de los hechos más graves que denuncian ahora “es que se están modificando pautas de medicación sin que estos pacientes pasen previamente por la consulta de un especialista”. “Nos preguntamos cómo es posible que se modifique la medicación pautada por un neurólogo, por ejemplo, así como así”, advierten.

Los familiares sí han notado una mayor presencia de personal en la residencia, que estaba muy por debajo de lo requerido. Pero no tienen confianza en que esa plantilla se consolide o que esté formada por personal lo suficientemente cualificado y con experiencia. “¿Qué parte de ese personal se quedará de verdad en Ibiza? ¿Qué titulaciones tienen? ¿Cuántos son gerocultores, cuántos auxiliares de enfermería, cuántos están especializados en cuidado de mayores?”, se preguntan los familiares. “Estas son las preguntas que nos gustaría poder plantear en las comisiones, pero no nos dejan participar”, añaden.

“No nos fiamos, no confiamos y eso es lo peor que puede pasar cuando dejas en manos de unas personas el cuidado de una persona mayor. Hay gente que se está planteando buscar recursos para llevarlos a casa como sea”, advierte una portavoz.

“Hoy por hoy lo único que está claro es que Asuntos Sociales está dando dos millones de euros al año a una residencia que está en manos de un fondo de inversión que busca la maximización de la rentabilidad porque ese es su negocio. Por contra, el bienestar de los abuelos ni tiene ni entiende de «fondos», en el sentido de que siempre se puede invertir más para mejorar su cuidado, sus actividades y su atención. Hay que hacer un seguimiento de ese dinero público””, insisten.

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