Simón Tur (Eivissa, 1974), diplomado en Turismo, coordina desde hace casi dos años el Servicio de Inteligencia Turística de Ibiza, un ente que para el ciudadano común es algo esotérico, pero cuyo trabajo se ha convertido en la brújula que sigue la isla. Simón Tur trabaja con números y datos, y por mucho que le insistamos, no los interpretará ni extraerá ninguna conclusión de ellos, ya que ese es el trabajo de los políticos. Eso sí, sabe de lo que habla y conoce su sector, lo conoce muchísimo, y charlar con él siempre es una experiencia interesante.
-¿Qué es el Servicio de Inteligencia Turística del Consell de Eivissa y con qué propósito nació esta oficina?
-Es un lugar donde recogemos todos los datos que circulan por el mundo, desde el Ibestat, el Instituto Nacional de Estadística, Frontur, la Encuesta de Gasto Turístico, etcétera, con las encuestas y el trabajo de Fomento del Turismo, juntamos todas las bases de datos y, a partir de metodologías, intentamos aplicar todo lo que hemos aprendido sobre el turismo a lo largo de estos años. Obtener números y sacar conclusiones e información. Nuestro lema es que no se puede mejorar lo que no se puede medir.
-Supongo que lo básico que hay que saber es cuánta gente entra en la isla, qué hace aquí, de dónde viene, en qué se gasta su dinero. ¿Es lo que queremos saber?
-Cuanto más sepamos de nuestro turista, mejor. Esto es como una relación de pareja, que cuanto más tiempo llevas con alguien, más a fondo la conoces.
-De momento, tenemos claro de dónde vienen.
-Esto es un dato abierto de AENA. Pero lo que AENA nos dice es el aeropuerto de salida del vuelo, ojo, pero a lo mejor el turista ha hecho escala y nos viene de otra parte. El auténtico país de origen lo conocemos gracias a los datos cruzados de centenares de antenas de telefonía.
-Y lo otro es dónde se gastan su dinero.
-Estamos trabajando con este tema, quizás lo tengamos el año que viene. Lo que sí conocemos es el gasto y qué porcentaje va a cada categoría de gasto. Esto lo tenemos gracias a los registros de las tarjetas de crédito.
-Os llegan datos a través del teléfono móvil, de la tarjeta de crédito. ¿No es esto una invasión de la privacidad?
-Importante señalar esto… esta recogida se hace siempre en el marco del Registro General de Protección de Datos y desde el anonimato de cada uno. Hay leyes europeas estrictas que establecen límites que no te puedes saltar, excepto que lo pida un juez. Cumplimos todos los estándares europeos. Ahora mismo, por ejemplo, nos están haciendo una auditoría externa para comprobar si estamos cumpliendo.
-Entonces tenemos todos los bancos de datos, más la información que nos llegan del teléfono móvil y de las tarjetas de crédito… a ver, esto es una montaña demencial de datos. Supongo que debéis tener herramientas de Inteligencia Artificial y de Big Data para gestionarlo.
-Trabajamos con Amadeus [empresa proveedora de soluciones tecnológicas para la industria de los viajes] y la última descarga que nos hicieron fue de 14.000 millones de líneas. Nuestro trabajo es limpiar todo esto y pasarlo en limpio para que se entienda.
-¿Podremos saber de dónde viene, dónde duerme, cómo gasta y por dónde se mueve cada uno de los turistas que llegan a Ibiza?
-Llegará el día en que lo podremos tener.
-Pero estas herramientas también las habéis usado contra el alquiler turístico ilegal.
-Lo importante era tener la latitud y longitud de cada alquiler. El lugar lo ubicamos sobre un mapa donde teníamos marcados los alquileres turísticos legales. En rústico, a la primera semana ya teníamos el 100% de efectividad. Tuvimos más problemas en las zonas urbanas porque hay quien ofrece direcciones falsas. Por ejemplo, dicen que tienen el alquiler en el número 33 de una calle, cuando llega el turista y ve que no hay nada llama y entonces le aclaran que no, que es el número 36. Claro, aquí también entra la pillería de la gente. En todo este proceso, creo que el gran acierto de Enrique [Gómez Bastida, director insular de Lucha contra el Intrusismo] ha sido que, en vez de pintar a Airnbn como el demonio, les dijo que tenía un problema de imagen de empresa. Como dice el refrán, “se consigue más con miel que con hiel”. Creo también que la culpa no es de Airbnb, que es una plataforma que se limita a subir lo que le envía la gente. La culpa es de quien ofrece su piso a sabiendas que no es legal. Aquí también hay mucha hipocresía, porque todos conocemos a alguien que lo hace.
-Volviendo a los datos. Aunque se vistan de objetividad, la interpretación siempre es política. Y un dato no significa lo mismo para unos que para otros. Por ejemplo, este año, al turismo de lujo quizás le haya ido muy bien, pero a los negocios que dependen del turismo familiar, como las tiendas de souvenirs, no tanto…
-Es que un dato se puede interpretar de manera muy distinta. La estadística es la primera mentirosa. Lo que me decías tú de las tiendas de souvenirs, pues es verdad que lo están pasando muy mal. Para empezar, una de cada cuatro plazas de los turistas que nos llegan a Eivissa son de Ryanair, una empresa que tiene una política muy restrictiva con el equipaje. Esta gente ya no te compra souvenirs porque no te caben en la mochila.
-Me ha parecido un dato muy interesante. ¿Se sabe, por ejemplo, qué turista es el que usa más el taxi?
-Sabemos que es el turista inglés, son los que más usan el taxi y el transporte público. Pero eso es porque ellos conducen por la izquierda y les da reparo alquilar coche. Eso se sabe de siempre, ¡no hemos necesitado el big data!.
-Supongo que cada día os deben llegar datos nuevos.
-Tengo informes a diarios pero es que el turismo es tan transversal, que cualquir materia es susceptible de transformarse en dato de interés turístico.
-¿Podéis saber, por ejemplo, dónde es necesario establecer nuevas conexiones aéreas?
-En conectividad aérea mandan las compañías, que son quienes ponen los aviones. Y ellas siempre quieren el avión en movimiento y lleno de gente. Nosotros sabemos, por ejemplo, cuánta gente ha escrito la palabra ‘Ibiza’ en los buscadores de vuelos, y de dónde es cada una de estas personas. Podemos saber el número real de personas de tal nacionalidad que parece interesada en venir a Ibiza.
-O decir, si sabéis que hay 10.000 personas en una ciudad que ha buscado un vuelo a Ibiza, podéis pedir una conexión aérea a una compañía.
-Claro, ahí estás haciendo trabajo de inteligencia de mercado. Con esta herramienta podemos ir a una compañía aérea e intentarlas convencer para que se vengan aquí. Así conseguimos, por ejemplo, un vuelo diario a Londres en invierno. Esto ha sido todo un éxito.





