La Guardia Civil está investigando el hallazgo de varios cadáveres de posibles migrantes que han aparecido atados de pies y manos en el mar de Baleares, han confirmado este lunes desde el Instituto Armado.
En el último mes, las embarcaciones de la Guardia Civil han recuperado al menos cinco cuerpos de posibles víctimas de asesinatos durante la travesía en patera que realizan desde Argelia a las islas, según adelanta este lunes Diario de Mallorca.
Dos de ellos habrían sido encontrados en aguas de Formentera: el primero, el 18 de mayo, tras ser avistado por un barco particular de bandera belga y el segundo, pocos días después, también en el mar, cerca de esta isla. Aunque la Guardia Civil ha confirmado que tiene una investigación en curso, no ha facilitado ningún dato al respecto por encontrarse abierta.
Entre enero y junio, las autoridades han encontrado 31 cuerpos sin vida en aguas y playas de Baleares, cadáveres que podrían corresponder a víctimas de naufragios de pateras con migrantes procedentes de Argelia.
Según los datos trasladados por las fuerzas de seguridad a la Delegación de Gobierno de las Islas Baleares, los primeros 15 cuerpos fueron recuperados del mar y en diferentes puntos de la costa balear, entre enero y marzo, y otros 15 fallecidos han sido hallados entre el 13 de abril y el 3 de junio.
El último hallazgo se produjo el miércoles 4 de junio frente a la costa de Cala Jondal, en Ibiza, el cuerpo sin vida número 31 de un posible migrante hallado en lo que va de año en aguas del archipiélago.
328 muertos en la ruta migratoria con Argelia
La ONG Caminando Fronteras ha contabilizado 328 personas muertas en la ruta migratoria con origen en Argelia entre enero y mayo de este año, según recoge la entidad en su último informe.
En total, 1.865 personas provenientes de 22 países han fallecido en los primeros cinco meses de 2025 en trayectos con destino a España desde distintas rutas migratorias, el 80 % de ellas en la ruta atlántica con destino a Canarias.
La organización ha analizado 113 tragedias, que se han saldado con la muerte de 342 menores de edad y de 112 mujeres.
Una vez más, la ruta atlántica continua siendo la más letal, con 1.482 fallecidos en embarcaciones partidas desde sobre todo desde Mauritania, pero también desde Senegal, Gambia y Marruecos con destino a Canarias.
Según el informe, los fallecidos proceden de 22 países distintos, no solo africanos, sino también de Afganistán, Pakistán, Siria o Bangladesh.
Un total de 38 embarcaciones ha desaparecido con todas las personas a bordo y la mayor parte de las muertes ocurrieron en enero (767) y febrero (618).
Además de los 328 víctimas mortales de la ruta argelina con destino a Baleares y el levante peninsular, se han contabilizado 52 fallecidos en el trayecto que atraviesa el Estrecho y 3 en el del Mar de Alborán.
La que parte de Argelia, según Caminando Fronteras, destaca por la falta de activación temprana de medios de rescate ante las alertas y una ausencia de protocolos conjuntos ante una débil colaboración internacional con el país norteafricano, algo que es un factor clave en los numerosos casos de desapariciones en este trayecto.
Los investigadores subrayan que casi la mitad de las tragedias analizadas tuvieron lugar como consecuencia de las políticas de control fronterizo y la degradación de los estándares de protección de la vida en el mar.
En el caso de la zona del estrecho de Gibraltar, Caminando Fronteras ha indicado que la presencia de cuerpos en avanzado estado de descomposición y sin posibilidad de identificación «dan cuenta del abandono institucional sistemático».
Deshidratación e inanición
Por esa razón Helena Maleno, coordinadora de la investigación, ha señalado la importancia de no normalizar estas cifras a pesar del descenso en el número de muertes en relación con el mismo periodo de 2024, y ha instado a que los países «protejan la vida de todas las personas por encima de las medidas de control migratorio».
Caminando Fronteras advierte de que muchos casos deshidratación e inanición podrían evitarse ante respuestas más rápidas y coordinadas, y lamenta el enfoque restrictivo adoptado por los servicios de rescate, al considerar como urgencia real de intervención el riesgo de hundimiento inminente.
Por otro lado, el informe resalta «una profunda opacidad de información que impide reconstruir con precisión las tragedias» ocurridas en el Mar de Alborán, a la que llegan todos los años personas «en condiciones de extrema vulnerabilidad y desinformación».
EFE