Unos borrachos fuerzan el aterrizaje en Francia de un Ryanair que unía Escocia con Ibiza

R. Beltrán/ Ha vuelto a suceder. Un grupo de turistas borrachos que viajaban a bordo de un vuelo de Ryanair procedente del Glasgow, en Escocia, y con destino a Ibiza armaron tal revuelo que el comandante se vio obligado a realizar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Beauvais, al norte de Francia.

Los hechos ocurrieron la noche del martes, cuando el vuelo despegó poco después de las 20h del aeródromo escocés. Según detalla el rotativo francés Le Figaro, algunos de los viajeros se habían emborrachado con el alcohol que habían adquirido en la tienda duty-free durante la espera, que también continuaron consumiendo después del despegue. Una vez en el aire, este grupo de escoceses comenzó a bailar y a molestar al resto del pasaje, hasta tal punto que el comandante se vio obligado a realizar un aterrizaje forzoso para dejar a los alborotadores en tierra, pues estaban poniendo en peligro la seguridad del vuelo.

Creían que habían llegado a Ibiza
Sin embargo, el cambio de planes no entristeció a los alborotadores en un primer momento. Cuando la aeronave tomó tierra en Beauvais, el grupo de turistas borrachos pensaron que ya habían llegado a Ibiza.

La alegría les duró poco, ya que las autoridades francesas los retuvieron hasta las 2h de la madrugada, donde los dieciséis escoceses que habían causado el revuelo (catorce según Ryanair) fueron escoltados hasta la estación de Beauvais, donde tomaron un tren rumbo a París. El avión de Ryanair pudo despegar del aeropuerto francés a las 23.45h con el resto de pasaje a bordo. «Ryanair pide disculpas a los otros 160 pasajeros por las molestias que les haya ocasionado y por el retraso causado en su viaje, pero no tolerará a pasajeros conflictivos», ha manifestado el director de comunicación de Ryanair, Robin Kiely, a pesar de que otro de sus vuelos protagonizó a principios del mes pasado un incidente indéntico.

Un caso idéntico el 6 de agosto
Otro vuelo de compañía Ryanair ya protagonizó un viaje de pesadilla el pasado 6 de agosto, cuando treinta turistas borrachos procedentes de Prestwick, también en Escocia, sembraron el caos a bordo. La policía escocesa tuvo que intervenir en esta ocasión en el mismo momento del embarque, donde tuvo que calmar los ánimos ante el nerviosismo sembrado por dos viajeros a los que les fue denegado el acceso al vuelo.

Finalmente, el avión despegó y fue en ese momento, cuando la aeronave estaba en el aire, cuando estallaron los problemas. Treinta borrachos comenzaron a saltar y correr por los pasillos, gritando y acosando a las azafatas y al resto del pasaje. Hasta tal punto se descontroló la situación que el piloto amenazó con desviar el vuelo a París, mientras Ryanair avisaba a las autoridades españolas para que intervinieran en cuanto el avión tocara tierra en Ibiza. Nada más llegar al aeródromo de es Codolar, la Guardia Civil subió a bordo y detuvo a cinco de los responsables del altercado antes de que desembarcara el resto del pasaje.