Vicent Ribas ‘Mestret’: “Sant Antoni necesita un cambio de piel”

@D.V./ Hablar de turismo en Eivissa es hablar de Sant Antoni, el pueblo que allá por la década de los 50 creó el embrión de lo que sería la industria turística ibicenca. Al ser el pueblo pionero, Sant Antoni también ha sufrido en primera persona todos los estragos del desarrollismo y de la anarquía regulatoria del franquismo, dejando a un casco histórico tocado y con unos problemas de difícil resolución.

En un momento en el que Eivissa se reubica y se posiciona como un destino turístico de elevado nivel adquisitivo, la imagen de Sant Antoni sigue unida al estigma de los ‘hooligans’ y el turismo de borrachera. Aunque los chavales de clase obrera británica -que tan bien retratara E.P.Thompson en sus ensayos- tiene todo el derecho del mundo a divertirse unos días en Eivissa, el problema empieza cuando se rompen las más elementales normas de convivencia, y el descanso y la vida de los vecinos se vuelve imposible.

¿Puede cambiar (a mejor) Sant Antoni? El concejal de Turismo, Vicent Ribas ‘Mestret’ está convencido de que sí. Más aún: ‘Mestret’ tiene un plan y es optimista. Con él hemos querido hablar de estas cuestiones: del futuro y también del presente de Sant Antoni.

-¿Tiene que cambiar Sant Antoni?
-Tenemos claro que Sant Antoni necesita una renovación, debemos realizar un cambio de imagen. Tenemos una naturaleza impresionante, unos puntos de partida inmejorables… pero desde el punto de vista urbanístico, de actividades y de infraestructuras necesitamos un cambio, darle otro color.

-¿Cambiar hacia dónde? ¿Saben dónde quieren ir?
-Esa es la gran pregunta. Nosotros tenemos algunas ideas pero creemos que es mejor que el proyecto lo realicen expertos, y que incorporen las ideas que proporcione la sociedad civil. Pero para explicar este proceso necesito contarle antes algunas cosas… tenemos que hablar del Plan de Intervención de Ámbito Turístico (PIAT) y, sobre todo, de la creación de la figura de Zona Turística Madura.

-Hablemos, pues. Sant Antoni, objetivamente es una zona madura. ¿Podrá acogerse a este plan de subvenciones y ayudas?
-El Parlament aprobó desarrollar cinco programas piloto en todo Baleares para desarrollar cinco zonas maduras. Uno de estos planes piloto es Sant Antoni de Portmany. Ahora nos toca hacer todo el papeleo que nos requiere el PIAT, que es de órdago: tenemos que hacer un inventario de todo nuestro producto turístico, de nuestro urbanismo, de todas nuestras infraestructuras, de todas las actividades que se realizan, de todas nuestras zonas turísticas. Tenemos que hacer una relación de qué infraestructuras son viejas, de todo lo que esté obsoleto… Un trabajo enorme.

También señalamos los problemas que comporta que la zona de ocio y hotelera estén mezcladas con la residencial. Otro problema es que en Sant Antoni tenemos un tipo de hotel familiar, pequeño, al que le cuesta mucho renovarse porque no son grandes cadenas hoteleras, y necesitan ayudas.

Apostamos por una renovación urbanística de Sant Antoni en la que participe la gente

-De acuerdo, hemos diagnosticado el problema. Pero… ¿cual es la solución? ¿Qué quieren ser? ¿Qué alternativas aportan?

-Lo que nosotros proponemos es un Concurso Público de Ideas para la Rehabilitació Integral de la Zona Turística de Sant Antoni. El proyecto está dividido en tres grandes cuestiones: ¿qué queremos conservar?¿qué queremos cambiar? ¿en qué zona turísticas debemos trabajar? Hemos marcado tres zonas turísticas: el casco histórico de Sant Antoni, Caló des Moro y Cala Gració, y la zona des Pouetó. A partir de aquí establecemos un concurso muy completo, muy técnico, cuyas bases las hemos encargado a un equipo de arquitectura. Se hará una convocatoria y lo que proponemos es que equipos de urbanistas, ingenieros y arquitectos nos ofrezcan sus propuestas. Un comité político y técnico -pero en el que se priorizarán las opiniones técnicas- tomará la decisión.

-Así que la remodelación de Sant Antoni se dejará en manos de una propuesta técnica mediante concurso.
-No exactamente, porque la voz de la sociedad de Sant Antoni también estará presente. Empezamos ya. Nos reuniremos con la oposición, con los comerciantes, con los hoteleros, con los empresarios del West, con asociaciones de vecinos… todo el que quiera puede colaborar. Estamos abiertos a escuchar todas las ideas y sugerencias. Queremos preguntarle a los vecinos, ¿qué hay que hacer para mejorar Sant Antoni? Estas ideas se incorporarán al pliego de condiciones del concurso. Es muy importante obtener un amplio consenso. Se escuchará a la gente.

-Parece un proyecto ambicioso pero esto no se hace de un día para otro. ¿Se planean algún tipo de calendario?
-No es una cuestión de calendarios. Existe un plan del Gobierno español para la reconversión de las zonas maduras. El problema es que con la crisis económica y los problemas de presupuesto, el proyecto ha quedado congelado. La cuestión es que a la que el escenario económico mejore y se entreguen las primeras líneas de ayudas, Sant Antoni de Portmany ya tenga todos los deberes hechos, todo el papeleo y toda la documentación lista, para poder recibir las ayudas y arrancar.

Vivimos del turismo, y en verano esto no puede ser un remanso de paz

-Hemos hablado del futuro. Hablemos del presente y de los problemas del aquí y el ahora. Sant Antoni tiene un problema porque el casco histórico se solapa la zona turística y residencial. ¿Cómo arreglamos esto?

-Existe un problema de convivencia es cierto. Aunque para un destino, que la zona turística esté en el centro del pueblo también puede ser una ventaja: piense que el turista sale del hotel y, andando, lo tiene todo a su alcance. Sin desplazarse tiene oferta diurna, nocturna, de ocio, deportiva, de restauración… pero sí es cierto que debemos conseguir que sea compatible el turismo y la vida cotidiana de los residentes.

La gente también debe entender que vivimos del turismo y que es muy difícl, cuando metemos a 100.000 personas dentro de Sant Antoni, que vivamos en un remanso de paz. Seamos realistas, vivimos de esto… pero también es cierto que debemos controlar para que la convivencia sea la mejor posible. Nos estamos planteando crear nuevas zonas de ocio…

Sant Antoni debe apostar por el turismo de clase media

-Eivissa se está reposicionando como un destino de lujo. Partiendo de la base de que la clase obrera inglesa tambien tiene derecho a disfrutar de sus vacaciones en Eivissa y no sólo los multimillonarios… ¿No cree que Sant Antoni corre el riesgo de quedarse con el turismo que nadie más quiere?
-El turista que viene a Eivissa, el turista de toda la vida, es el de clase media. La clase media es la que nos ha mantenido y nos ha hecho famosos, no los multimillonarios. Esto ha sido así siempre, aunque es cierto que en Sant Antoni siempre hemos tenido un perfil de visitante más joven.

Creo que el futuro de este pueblo pasa por apostar por la clase media. Un ejemplo: ahora que Platja d’en Bossa se posiciona como un destino turístico de lujo, hemos detectado que muchas familias que antes se alojaban allí, este último verano han venido a Sant Antoni. No todo el mundo se puede permitir pagar 250 euros por una noche en una habitación. El 90% de los turistas son clase media. ¿Qué debemos hacer? Ofrecer calidad a un precio asequible. Una cosa no está reñida con la otra. Hoy en día todo el mundo vuela con compañías de low-cost y eso no quiere decir que sean brutor. Además, todo la nueva oferta complementaria que se está ofreciendo, los bares de la zona de la puesta del sol, establecimientos nuevos como el Ocean Beach… todo va en dirección a apostar por la calidad.

-El último dolor de cabeza han sido los party-boats. Govern i Consell apuestan por la autorregulación. ¿Cree que los empresarios del sector atenderán y aceptarán un código de buenas prácticas?
-En el puerto de Sant Antoni tenemos 2 o 3 empresas que durante toda la vida se han dedicado a hacer excursiones en barco. El party boat es una demanda nueva que, como en tantos casos, nos obliga a adaptarnos. Nuestras condiciones son que estas excursiones deben cumplir toda la normativa legal, los barcos deben tener los permisos en regla, las empresas también, se deben cumplir reglamentos y aforos, hay que cumplir unos horarios y seguir las rutas que se les marquen… Si cumplen con todo esto, creo que los party boats son unas excursiones compatibles. Lo que hay que atacar y perseguir es la oferta ilegal, que es dañina y peligrosa.

-¿Qué otros proyectos tiene entre manos?
-Queremos abrir una nueva oficina de información turística en los bajos del antiguo ayuntamiento, una oficina como la que se merece este pueblo. También crearemos una página web turítica nueva y estamos trabajando en la promoción de nuestro producto-marca estrella: el Sunset&Sea. Somos el primer municipio en cuanto a actividades deportivas fuera de temporada. Y también tenemos nuestra gran apuesta para alargar la temporada que es el Ibiza October Festival que se celebrará entre el 9 y el 12 de octubre. Es un fin de semana perfecto porque hay aviones, hay demanda, pero hay poca oferta lúdica porque las discotecas ya han cerrado. Lo que proponemos es realizar una gran fiesta Flower y engalanar todo el pueblo, y incluir también la ruta del Pintxa, la oferta gastronómica del Restaura’t, realizar una prueba deportiva popular, actividades para niños, ofertas especiales para realizar actividades náuticas a 10 euros. Concentrar todo lo bueno de Sant Antoni en cuatro días.