Ses Feixes de Talamanca vuelve a llenarse de vida. Desde hace unas semanas, el martín pescador (Alcedo atthis) ha regresado a este humedal ibicenco y se ha convertido en la gran atracción para fotógrafos de fauna y amantes de la naturaleza. Su sola presencia basta para transformar el lugar en un punto de encuentro donde la paciencia y la expectación se mezclan con la belleza de una de las aves más llamativas de Europa.
El martín pescador es fácilmente reconocible: cuerpo pequeño y compacto, apenas 16 o 17 centímetros de longitud, con un plumaje espectacular que combina el azul metálico de su dorso con el naranja intenso del pecho y el vientre. Su pico largo y afilado es la herramienta perfecta para pescar, su especialidad. “Cada vez que aparece, aunque lo hayas visto decenas de veces, te quedas hipnotizado por sus colores. Es un pájaro precioso, de los que hacen afición”, asegura Paco Natera, fotógrafo ibicenco apasionado por retratar la fauna de la isla.
En la Península Ibérica existen poblaciones residentes, pero en Ibiza la presencia del martín pescador está vinculada a la migración. Procede en muchos casos del centro y norte de Europa, y busca en las Pitiusas un refugio invernal donde encontrar alimento y temperaturas más suaves. Suelen llegar a finales de verano o principios de otoño y permanecen hasta bien entrada la primavera, antes de regresar a sus territorios de cría.
Su hábitat favorito son las orillas de ríos, lagunas y zonas húmedas, siempre que cuenten con aguas claras y abundancia de peces pequeños. En Ses Feixes encuentra un entorno ideal: canales tranquilos, buena densidad de presas y posaderos naturales donde esperar el momento oportuno para cazar.
Un pescador consumado
El comportamiento de caza del martín pescador es uno de sus mayores atractivos. Vigila desde una rama o un tallo, calcula con precisión y se lanza en picado al agua. Con un rápido chapuzón, emerge con su presa en el pico. Antes de comérsela, la golpea repetidamente contra el posadero para aturdirla, y después la engulle entera, colocándola de cabeza para facilitar el trago.

“Cuando lo ves pescar es un espectáculo. Se lanza como un rayo, apenas salpica, y en segundos ya está de vuelta en su rama con un pez en el pico. Lo más emocionante es cuando lo ves darle golpes al pez antes de tragárselo. Yo lo había fotografiado posado, pero conseguirlo con su presa es otra cosa. Es la primera vez que lo logro y me hizo muchísima ilusión”, cuenta Natera, autor de la fotografía que ilustra este reportaje.
El observatorio inaugurado hace unos meses en Ses Feixes se ha convertido en el punto neurálgico para contemplar a este pequeño depredador. Allí se concentran fotógrafos y aficionados, a menudo pasando horas dentro del hide, atentos a cada movimiento en el humedal. “Hay varios posaderos en el humedal y el martín suele moverse entre todos. Los que estamos dentro siempre hacemos la misma broma: a ver si hoy se posa en el más cercano. Cuando ocurre y además tienes buena luz, la foto es de las que se recuerdan”, explica Natera.

Hace pocos días, la sorpresa fue mayor: pudieron verse dos ejemplares volando juntos, algo poco habitual y que levantó expectación entre los presentes. “Fue un momentazo. No es fácil verlos de dos en dos, y cuando ocurrió hubo un murmullo dentro del hide. Estas cosas hacen que valga la pena pasar horas esperando”, recuerda el fotógrafo ibicenco.
El martín pescador también ha sido seguido muy de cerca por otros fotógrafos locales. Rafa Domínguez ha dedicado muchas jornadas a observarlo y recientemente grabó un vídeo que muestra a la perfección cómo se lanza al agua, pesca y engulle su presa en cuestión de segundos. Sus imágenes han permitido a muchos aficionados descubrir la potencia y elegancia de esta especie en plena acción.
Otro nombre ligado a la observación del martín pescador en la isla es Sebastián Candela, que también ha conseguido numerosas instantáneas de gran calidad en Ses Feixes y en otros puntos de la isla. Su trabajo, al igual que el de Domínguez y Natera, refleja la creciente comunidad de fotógrafos de naturaleza que encuentra en este pequeño ave uno de sus mayores desafíos.
El regreso del martín pescador no es solo un atractivo para los fotógrafos, también es un indicador de la buena salud del humedal. La presencia de esta especie exige aguas limpias y abundancia de alimento. A su alrededor, además, se están dejando ver otras aves como, garzas comunes, garzas reales, garcillas bueyeras, patos, gallinetas y pequeños limícolas como los chorlitejos. Todo ello confirma que Ses Feixes se consolida como un refugio de biodiversidad en pleno entorno urbano.

Para Natera, el valor de estos avistamientos va más allá de la fotografía: “El martín pescador es una joya de la naturaleza. Verlo aquí significa que el humedal está vivo, que todavía conserva riqueza. Ibiza necesita lugares así, donde la fauna pueda mantenerse y la gente pueda aprender a disfrutarla con respeto. Fotografiarlo es un privilegio, pero lo importante es que siga viniendo año tras año”.
La clave para lograr una buena imagen es la espera. Los fotógrafos saben que las horas dentro del observatorio pueden ser largas y no siempre hay recompensa inmediata. “Es un pájaro muy rápido y no siempre aparece donde esperas. Pero cuando lo hace y lo pillas con un pez en el pico, la emoción compensa todo el tiempo invertido. Para mí, cada foto del martín es especial”, concluye Natera.