Cuando el viento sopla a favor de unos y en contra de otros

@B.R./ La brisa marina o el aire helador, depende de la mirada romántica de cada uno, que ayer acechó el último desfile de la Pasarela de la Moda Adlib, no sirvió a todos por igual. Mientras a unos el viento les sopló a favor, a otros les iba en contra.

No fueron ni una, ni dos, ni tres, las modelos que tropezaron con los altos tacones- la mayoría de ellos de tallas más grandes a su pie- y las faldas vaporosas que lucían. La brisilla que soplaba hizo que uno y otro elemento se enredasen poniendo en más de un aprieto a varias de las chicas, que a punto estuvieron de darse de morros en la pasarela. Aún así, todas supieron salir con elegancia del entresijo formado a sus pies. Y es que ya dicen, que un mar en calma no hace buen marinero.

A la que el viento tampoco la acompañó fue a la consellera balear de Cultura, la ibicenca Fanny Tur, cuando vio que junto a ella, codo con codo, se sentaba la señora que, junto a su marido, hace de Tagomago lo que le da la gana. Es decir, incumplir todas las normativas de protección a ritmo de fiestas exclusivas y viajes en helicóptero. Sí, Fanny Tur y la vedette por excelencia de este país, Norma Duval, sentadas una al lado de la otra. Pocas palabras se intercambiaron. No sabemos qué se dijeron pero sí interactuaron.

El viento tampoco fue aliado de aquellas que decidieron lucir palmito en el evento y exhhibir sus mejores galas sin pensar que, una vez puesto el sol, el ambiente iba a dar paso a resfriados primaverales. El más listo, el alcalde de Vila, Rafa Ruiz que, tanto el viernes como el sábado, optó por abrigarse con un plumas al anochecer, a pesar de que cualquiera de los presentes pensara que era el ‘antimoda’ y ‘antifashionista’ del momento. Mejor evitar males mayores, debió pensar Ruiz.

Por contra, el viento sopló a favor de todos los diseñadores que ayer mostraron sus creaciones. En especial el ibicenco Tony Bonet, que cumple sus dos décadas en la moda y fue el encargado de cerrar el desfile. La consellera d’Indústria, Marta Díaz, daba muestras de que la noche transcurría de la mejor manera posibles, por las ganas que le puso tanto a la hora de aplaudir a los 14 diseñadores y por la forma de desgañitarse con la canción ‘Mujer Mariposa’ que sonó mientras se exhibían las creaciones de Siempreprimavera. Díaz y la madrina del evento, Cayetana Guillém Cuervo, dieron una lección de como dejarse la ‘carne en el asador’ a la hora de animar un evento. La misma actitud tuvieron las actrices Nerea Garmendia, Manuela Vellés y María Castro que, sentadas en la primera fila, no dejaron de animar, tocar las palmas, gritar y cantar. Todo un festival.

La noche de ayer arrancó con la presentación de la nueva colección de joyas ‘Érase una vez’, de Elisa Pomar, y su hijo, Marc Cuevas, cantando en directo. Como no podía ser de otra manera, Pomar exhibió sobre la pasarela la última actualización de las joyas tradicionales de Ibiza, donde el oro se une con piedras preciosas y cristales. Collares con filigranas en los que no falta la cruz tradicional, varias hiladas de cordoncillo ni el relicario combinado con un toque actual con la inclusión de cristales de colores.

Vintage Ibiza con su colección ‘Aires de Ibiza’ apostó por el blanco en sus diferentes tonalidades con un papel protagonista para las transparencias y las plumas en las faldas largas y vaporosas. La joven diseñadora Janine Helbling, ex alumna de la Escuela d’Arts de Ibiza, también optó por una gama que va desde el blanco hasta los tostados. Unas creaciones de la colección ‘Isla de sueños románticos’ en las que los drapeados se mezclan con puntillas y y gasa de seda para hacer dibujos geométricos.

Luisa Tur e Isabel Castellar le dieron al blanco su protagonismo. La primera apostó por el algodón y las puntillas más tradicionales de la moda ibicenca, mientras que la segunda, con su colección ‘True Color’, mostró unos diseños de inspiración románica basándose en una paleta de colores que van desde el blanco puro hasta el tostado. Diseños vaporosos, faldas con vuelo y espaldas descubiertas son los rasgos de esta nueva colección.

Tanit Jeans, por su parte, sacó a la luz una colección en la que, como no, el tejido de tejano se combina a la perfección con puntillas, bordados, gasas y brillantes.

En la colección de Beatriz San Francisco se apostó por los colores tierra y ocre, prendas con tintes étnicos con pedrería y matices dorados para ellas y los colores azules, grises y negros para ellos.

‘Floral’ de Piluca Bayarri sacó a la palestra toda una serie de diseños con un original estampado que dio color a la noche así como la presentación de  Siempreprimavera. En este último caso, sus creadores, Carmen Muro y Cheward Román, mostraron la colección ‘Verano de amor’ con toda una serie de coronas de flores combinadas con esparto, cáñamo, plumas y abalorios. Una explosión de color sobre la pasarela.

‘Tanit by Ichiana’ está inspirada en el origen más profundo de la isla y ofrece diseños con volúmenes en el que se mezclan las plumas con los metales, el cuero y los bordados. Ivanna Mestres, por su parte, mostró unos diseños con transparencias en los que se recuperan las hombreras.

La empresa familiar Espardenyes Torres exhibió las tradicionales alpargatas de suela de yute y esparto con fibras de pitra combinadas con flores y plumas. Rojos, azules, verdes o grises fueron algunos de los colores utilizados para esta nueva colección.

El desfile, que estuvo presentado por Mar Saura y Miguel Ángel Tobías, contó con la asistencia de actores como Ana Fernández, Jesús Olmedo o Raquel Meroño. La periodista Isabel Jiménez, el estilista  Josie o el torero Óscar Higares fueron otros de los que no se quisieron perder esta cita con la moda.

‘Locura de Amor’, el nombre de la colección de Tony Bonet, concluyó esta 46 edición de la Moda Adlib mostrando una vez más su maestría en esto de diseñar. Exhibio una colección en la que predominaron los crudos y una combinación de tules, encajes y algodón conjugándolos con reminiscencias al mundo pesquero. En esta ocasión, Bonet utilizó como tejido una especie de red, que recordaba a la usada por los lobos de mar, para dar forma a faldas y vestidos únicos que recormostró unos diseños donde predominan los crudos y la combinación de tules, encajes y algodones conjugados con una red, que asimila a la de los pescadores.