Recuerda su primera final como un experiencia inolvidable y de la que aprendió muchísimo, pero ahora regresa y lo hace con la intención de ganar. Lucho Martínez, el chófer de autobús nacido en Valencia e ibicenco de adopción, ha logrado por segundo año consecutivo clasificarse para la gran final de ‘Inimitables’, el concurso que premia al mejor imitador de comedia aficionado de España. La cita es el próximo 15 de octubre en el Teatro Callao de Madrid, un lugar que Martínez define como “el epicentro de la comedia en España”.
Para llegar hasta la gran final, los aspirantes han tenido que enviar un vídeo con una actuación suya. Entre los meses de abril y junio se seleccionaron seis clasificados por mes -primero a través de un voto popular y después con el filtro de un jurado- y de los 18 semifinalistas, otro jurado ha escogido a los seis que competirán en la gran final, que será presentada por el humorista Leo Harlem.
“Es un concurso de humoristas amateurs, pero toda la organización tiene muchísima profesionalidad”, explica Martínez, que admite que en su primera participación, el año pasado, se sintió un poco intimidado: “Imagínate, ver unos carteles enormes con tu cara, y después actuar ante una sala llena con 450 espectadores…”.
La experiencia del año pasado le ha servido también para afinar más su número, que tiene claro que será completamente distinto: “El año pasado lo planteé como un monólogo en el que me encuentro gente y voy haciendo las imitaciones. Ahora la idea es hilar una historia en el que tengo como protagonistas a los dos personajes que saco mejor, que son Manolo Lama y Boris Izaguirre”. Comenta que todavía le queda trabajo de guionización pero que “ya tengo la historia en mi cabeza”.

La oportunidad del Jazztabé
Lucho Martínez destaca por su versatilidad y su capacidad de cambiar de voz a toda velocidad, como demostró en su primera actuación en el Teatro Callao, donde llegó a imitar a 25 personajes distintos en dos minutos. Ahora regresa con un poco más de experiencia y más tablas, que ha ido adquiriendo gracias a las jornadas de micro abierto que organizan Irene Francolí y Fede Rubián en la sala Jazztabé de Vila.
“El primer miércoles de cada mes organizan una sesión de micro abierto y me he convertido en un colaborador fijo. Me han dado la oportunidad de participar y les estoy muy agradecido. La experiencia te da seguridad. Debería haber más proyectos así en la isla”, explica este cómico aficionado.
Con un trabajo de chófer y padre de tres hijos, Martínez se toma las cosas con calma: “Quiero ser un padre presente, estar aquí, y cada año avanzar un pasito en mi objetivo, que es ser speaker o dedicarme a la comedia”. El próximo 15 de octubre tiene una nueva oportunidad, y lo tiene claro: “Soy muy cabezón y hasta que no gane, no voy a parar”.