El control de serpientes invasoras se incrementa en Ibiza después de que hayan empezado a verse ejemplares irrumpiendo en zonas urbanas y en los alrededores de la ciudad. La expansión sigue su curso y todos los esfuerzos llevados a cabo en los últimos años no han supuesto realmente un freno drástico en la proliferación de culebras en la isla, lo que están mermando notablemente la población de especies autóctonas como la lagartija, que va camino de extinguirse en la isla a causa de este depredador.
El Ayuntamiento de Ibiza, en colaboración con el Consorcio para la Recuperación de la Fauna de las Islas Baleares (COFIB), ha llevado a cabo hoy una jornada de entrega de trampas así como una sesión formativa a las instalaciones municipales de Can Tomeu y en total se han repartido casi 200 trampas. La actividad forma parte de la campaña de control de ofidios 2025 en las Pitiusas, impulsada por el Gobierno de las Islas Baleares, y tiene como objetivo principal la protección de la biodiversidad local, especialmente la lagartija pitiüsa (Podarcis pityusensis), especie endémica y amenazada por la presencia de serpientes invasoras.
Durante la jornada, se han repartido trampas especialmente diseñadas para la captura de serpientes a personas voluntarias y entidades que colaborarán activamente en su instalación y seguimiento. El personal del COFIB ha ofrecido una explicación detallada sobre el funcionamiento de las mismas y las pautas a seguir en caso de captura.
El concejal de Bienestar Animal, Manuel Jiménez, ha valorado la elevada participación ciudadana y ha remarcado la importancia de este tipo de iniciativas. “Hoy hemos visto como las personas responde cuando se trata de proteger nuestro entorno natural. La colaboración entre instituciones y vecindario es clave para frenar la expansión de las serpientes invasoras y preservar nuestra fauna autóctona, en especial la lagartija pitiusa, símbolo de nuestra identidad ambiental”, ha señalado Jiménez.
Además, el cuarto teniente de alcalde y edil de Medio Ambiente del consistorio, Jordi Grivé, ha destacado que este proyecto se enmarca en una estrategia a largo plazo de control de especies invasoras, que prevé la distribución de 500 trampas entre los distintos municipios de Ibiza y la isla de Formentera durante esta campaña, con una inversión global de casi dos millones de euros provenientes del impuesto del turismo sostenible.