Cartas a Noudiari: ‘Funcionario… ¡alerta!; por Ignacio Rodrigo, portavoz Grupo Municial PREF en Vila

Faltan cuatro años para poder celebrar el centenario del Estatuto de Maura, que sirvió para terminar con esa mala costumbre que tenían al alcanzar el gobierno los caciques del S.XIX, consistente en cesar a los funcionarios para nombrar otros afines a ellos, sin importar el mérito o la capacidad, originando en aquella época la figura del llamado funcionario cesante.

Es casi un siglo después cuando nos encontramos con unas prácticas parecidas en el Ayuntamiento de Eivissa, esta semana ya van por cinco el número de funcionarios que, o bien han sido cesados en sus puestos de responsabilidad, o bien van a ser trasladados de puesto con la excusa verbal de que “no son de confianza del nuevo equipo de gobierno”, auxiliares administrativos incluidos. Con esta actuación de la nueva Alcaldesa, que ya nombró los 6 “cargos de confianza” que la Ley le permite, volvemos a situarnos en la España retratada por Benito Pérez Galdós en su novela titulada “Miau” allá por 1888, vamos, el otro día.

La gestión de las personas en una Organización no es simple, es una labor muy desagradecida, unas veces te toca comunicar alegrías, como promociones, aumentos de sueldo o nuevas contrataciones pero la mayoría de las veces tienes la penosa obligación de comunicar tristezas a los empleados, el “no” es la palabra que al final del día has usado con mayor profusión, pero siempre te queda el consuelo de que si trabajas con criterios de justicia, equidad e igualdad de oportunidades, tus colaboradores te reconocerán la labor y podrás avanzar en lo que es la gestión de los recursos humanos.

En ese departamento del Ayuntamiento de Eivissa ya teníamos el tema enfocado, los sindicatos estaban apaciguados, todo el mundo era tratado por igual y no se efectuaban desigualdades, ni a favor ni en contra, por lo que el ambiente laboral era propicio para empezar a implantar los cambios que supondrían una modernización de esa área tan abandonada en legislaturas pasadas. Ahora tocaba una revisión de los puestos de trabajo, de todos, no sólo de los “amiguetes”, implantar el control horario, la evaluación del desempeño, la dirección por objetivos, las medidas de teletrabajo y conciliación de la vida laboral, haciendo sentir al cien por cien de la plantilla que estaban trabajando en una Organización justa, que ofrecía las vacantes internas para que se cubrieran por promoción horizontal primero y vertical después, en base a los méritos de los candidatos, no a la adscripción política o a la afinidad emocional con el Concejal de turno.

Esto que parece muy sencillo, que ayuda a mejorar el ambiente laboral y por ende la productividad de las personas, ha costado y cuesta mucho esfuerzo implantarlo, es una labor diaria, que no puede decaer, ni una sola vez, porque de lo contrario te pasa lo que está pasando a la nueva Alcaldesa, que de un plumazo pierdes, frente a tus colaboradores, toda la credibilidad, esto conlleva que cuando se siente a negociar con la Junta de Personal, o con el Comité de Empresa, no se creerán su discurso, la mirarán a la cara y pensarán que todo es fachada para la galería pero que al final es como los demás que han pasado por su puesto, que no valora los méritos de los funcionarios o del personal laboral, que se rige por criterios subjetivos y que, a la postre, la consecuencia será que se preguntarán para qué sirve esforzarse y hacer un buen trabajo si lo que valora el nuevo equipo de gobierno, con su Alcaldesa al frente, es la ideología de los funcionarios, sus relaciones personales o un peloteo a tiempo, es decir, que valoran de manera subjetiva su desempeño.

El Ayuntamiento es como una empresa de servicios y como en toda empresa esos trabajadores (funcionarios y personal laboral) tienen que estar motivados, de lo contrario estaremos perdiendo todo el potencial que tienen, y esto evidentemente irá en perjuicio de sus clientes, los ciudadanos.

Ignacio Rodrigo Mateo
Portavoz Grupo Municipal PREF
Ayuntamiento de Eivissa