Si algo caracteriza a los dirigentes de nuestra derecha patria, aparte de su vagancia, es su cobardía. Días atrás, a raíz de unas declaraciones el programa Malas lenguas de Televisión Española, el vicesecretario del PP de educación e igualdad, e igualdad, lo pongo dos veces para que les dure el doble el estupor, insultó a una de las colaboradoras, Sarah Santaolalla, al decir que en el gobierno de Sánchez “estamos acostumbrados a que incluso a mujeres prostituidas se las pague del erario público y se las enchufe en empresas públicas, pero que ahora también el ente público, y recuerdo que es el ente público, lleno de grandísimos periodistas y trabajadores, tenga que aguantar que esta señorita se permita el lujo de insultar a más de 11 millones de ciudadanos…” Tratrá. Todo en la misma frase. Y el día siguiente, en otras declaraciones, se compadeció de la pobre Sarah porque, según él, la están utilizando.
Una machistada tras otra: usar a las mujeres prostituidas para atacar a una periodista, omitir el nombre de la aludida, llamarla “señorita” y, la más flagrante, insinuar que Sarah Santaolalla es prostituta. Ah, olvidé comentar, para quien no lo sepa, que Sarah Santaolalla es joven y guapa. No se le ocurriría al machista de turno relacionar a uno de los señores de la mesa con casos de prostitución; las acusaciones veladas son sobre nosotras, las mujeres, que a saber a quién se la hemos chupado para llegar adonde sea que hayamos llegado en cuanto ponemos un pie fuera del zaguán. La cuestión es que, como a Santaolalla se le ocurrió responderle, el señor diputado se enfadó y ahora anda diciendo que ha mandado no sé cuántos burofaxes con denuncias y que hay una campaña de odio montada contra él.
Iba a pasarlo por alto porque son ya tantas las de este PP que a veces parece mejor no hacerles caso. Lo que pasa es que este sábado Tellado ha llamado a cavar la fosa del Gobierno. Je. Qué ingenioso. Mi bisabuelo, Manuel Corona Pariente, está en una fosa tan profunda que a día de hoy ha sido imposible localizar sus restos. Y, como él, decenas de miles de víctimas de la represión siguen bajo tierra y sin identificar, pero cuidado, no hablemos de ellos cuando al secretario general del PP le da por mearse en su memoria, que eso es sobreactuar y utilizar a las víctimas.
Si tenemos en cuenta que el PP es el heredero directo del franquismo, lo mínimo que se les podría exigir es decoro. Pero ya van a calzón quitao. Gente como Tellado no esconde que haría con sus contrincantes políticos lo mismo que hicieron sus predecesores con quienes no les bailaron el agua después del golpe militar del 36. Pero fíjense que ni siquiera esto es noticiable. Lo gracioso es que a las pocas horas de llamar a la violencia una vez más, Tellado, como Jaime de los Santos, esconde la manita y pone cara de no haber roto un plato. Y ahí está la tropa pepera dándose golpes en el pecho y acusando al Gobierno de montar bronca y de manipular.
Y es que, lo he dicho al principio, además de ser un hatajo de vagos, son cobardes de narices. ¿Por qué no se atreve Tellado a exponer lo que piensa? ¿Por qué no confiesa a cuántos de nosotros metería en una fosa si pudiera? ¿A cuántas de nosotras mandaría violar y ordenaría que nos rapasen la cabeza y nos diesen aceite de ricino? Sí, todo esto tiene en mente Tellado cuando habla de cavar fosas para el gobierno. Está muy medido y sabe bien por qué lo dice y a quién se dirige.
Qué exagerada soy, ¿verdad? Claro. Porque si este sábado, en lugar de salir Tellado a proclamar que al gobierno hay que meterlo en una fosa, saliese uno de Bildu y dijese que al PP hay que darle el tiro de gracia, igual sí les parecería grave el asunto. Por supuesto que eso no va a ocurrir, entre otras cosas porque si un partido independentista usase la retórica del PP, la justicia actuaría de oficio.
Oti Corona