Cartas a Noudiari / Los vecinos del barrio de Es Pratet ya no aguantan más la situación generada por los locales de ocio nocturno que se ubican en los pasajes de los edificios en los que residen desde hace más de tres décadas.
Cuando se construyó el complejo de cinco edificios la función y el destino de los locales que quedaron en los bajos y que conforman unos pasajes peatonalizados, no fue otra que la de servir de locales comerciales a la zona (comercios, agencias, cafeterías, etc), y así se fueron ubicando los distintos negocios que han existido hasta hace unos años (Bar Claudio, Agencia de Viajes de El Corte Inglés, RKS, EGB, etc), comercios con un horario de mañana y tarde, que no incidían en el descanso nocturno.
Ahora bien, desde hace más de cinco años, la mayoría de locales, sobre todo los que se ubican en la zona peatonal se han reconvertido en cafés conciertos y demás negocios enfocados al ocio nocturno, pasando a ser la nueva «zona de fiesta» de Ibiza, todo ello con el beneplácito del Ayuntamiento, que ha autorizado las licencias de café concierto en una zona predominantemente residencial, lo que conlleva la situación a la que actualmente se enfrentan los vecinos todas las noches: ruidos hasta altas horas de la madrugada, peleas, suciedad y comportamientos incívicos que hacen imposible el descanso y la convivencia.
La acumulación de basura, los restos de botellón y el deterioro del mobiliario urbano se han convertido en una imagen habitual cada fin de semana, amén de la transmisión de música al exterior de los locales y por tanto a los edificios colindantes.
Los vecinos del barrio, a través de las Comunidades de Propietarios, y particularmente en algunos casos, han alzado la voz para denunciar la situación insostenible que viven a diario debido a los desmanes de los locales de ocio nocturno y la falta de limpieza en las calles.
A pesar de las numerosas denuncias y reclamaciones presentadas ante el Ayuntamiento y a través de la Línea Verde, así como llamadas a la Policía Local, la respuesta institucional sigue siendo, «insuficiente y pasiva».
La sensación es que sus quejas caen en saco roto, puesto que el ruido no cesa, y los locales permanecen abiertos hasta altas horas de la madrugada haciendo inviable el descanso de los vecinos. Además, se ha reclamado mayor presencia policial, controles más estrictos sobre los locales de ocio y un refuerzo en los servicios de limpieza.
No es que estén en contra del ocio, pero exigen que se respeten sus derechos y que el Ayuntamiento actúe de una vez.
Mientras tanto, el hartazgo crece y los vecinos no descartan llevar el tema a la Fiscalía por la inactividad de la Administración, si no se adoptan soluciones urgentes para recuperar la tranquilidad, la limpieza en el barrio y, lo que es más fundamental, el derecho constitucional al descanso y disfrute del hogar.
Colectivo de vecinos del barrio de Es Pratet






