Virginia Marí: «El pavimento de Vara de Rey es horroroso y peligroso porque la reforma se ha hecho con prisa»

@Pablo Sierra del Sol / Virginia Marí Rennesson es la líder de la oposición en el Ayuntamiento de Vila. La política del Partido Popular se apasionó por este mundo viendo a su padre, Antoni Marí Calbet, presidir el Consell de Ibiza desde 1987 hasta 1999. Alejada de los focos, tuvo que dar un paso al frente en 2014 para convertirse en alcaldesa de la ciudad de Ibiza cuando Pilar Marí y su equipo abandonaron el Consistorio en la segunda gran crisis que tuvo la turbulenta legislatura que entre 2011 y 2015 protagonizó el PP en Vila. Virginia Marí aportó un poco de calma, pero no pudo revalidar mandato al ganar las elecciones por mayoría simple y no ser capaz de establecer alianzas postelectorales. Casi dos años después de la primavera de 2015, critica la gestión que PSOE y Podemos-Guanyem están haciendo al frente del municipio.

–Hace tres años no estaba en primera línea política. Le llegó la oportunidad en un momento extraño: no es habitual que un ayuntamiento tenga tres alcaldesas del mismo partido político en una legislatura. ¿Cómo ha cambiado su vida desde entonces?

–Ser político tiene una parte muy buena y otra muy estresante. No es oro todo lo que reluce. Estar en contacto con las personas es maravilloso. Trabajar para mi ciudad es lo más bonito que me podría haber ocurrido. Durante los nueve meses que estuve como alcaldesa se trabajó muchísimo y no me arrepiento de haber dado el paso. Lo que ocurre es que la política tiene una parte negativa: estás expuesto a todo y es duro que te ataquen muchas veces sin motivo. Creo que la política ha cambiado mucho, de todas maneras. Tuve la suerte de vivir intensamente los primeros años de democracia a través de mi padre y otros políticos.

–¿Se hablaba mucho de política en tu casa o en el ámbito privado esos temas quedaban fuera de las conversaciones?

–No, en mi casa no se hablaba de política. Lo que ocurre es que, como a mí siempre me ha gustado, he tenido una relación bastante estrecha con mi padre en ese sentido. Si no me atrajera, no estaría donde estoy. Es cierto que durante un tiempo dejé la política de lado porque lo prioritario fue mi vida familiar.

–¿En qué ha cambiado la política respecto a los años ochenta?

–Creo que antes no existían las aspiraciones para llegar al poder que hay ahora. Es cierto que al principio de la democracia el contexto era diferente, pero entre ellos se entendían, se comunicaban y hacían lo mejor para el municipio y para la isla.

–¿Cómo es tu relación con los otros grupos políticos que hay en el Ayuntamiento de Vila?

–Me llevo bien. Mejor con unos que con otros, no hay duda. A veces noto faltas de respeto y educación que no me gustan. Yo intento ser siempre respetuosa. Los plenos no dejan de ser actos donde tú estás representando a los ciudadanos y la educación se debe mantener ante todo. A veces eso falla. Creo que sé separar bastante lo personal de lo política. Con la persona que más hablo y más relación tengo es Alfonso Molina. Considero que la comunicación entre los grupos políticos falla y que a nosotros, que somos el principal de la oposición y ganamos las elecciones en votos, deberían informarnos más. Prometieron mucha comunicación y reuniones, pero no lo están haciendo. Yo les digo, señores, cuenten con la oposición, no dejamos de ser representantes de muchos votantes de Vila.

–En Ibiza aún se escucha a gente que echa de menos la forma que tenía su padre de enfrentarse al Govern y reivindicar más recursos para Ibiza. ¿Cómo es la relación que hay ahora mismo en el PP entre los dirigentes ibicencos y la dirección mallorquina?

–La relación no está mal. En todos los partidos políticos hay de todo, no hay ninguno que se salve. El que diga que está muy bien, miente. Aquí cometimos un error: separar los diputados autonómicos de los consellers. En la época en la que mi padre fue presidente del Consell, ellos eran los diputados y estaban más en contacto con la realidad de la isla. Al separar los cargos, aunque no te separes de la realidad de la isla sí que dejas de estar en contacto con los problemas diarios del Consell. Eso sí, creo que seguimos defendiendo desde el Parlament y la oposición del Consell lo mejor para la isla, pero ya se sabe que Mallorca es Mallorca: nos pasa a nosotros y le ocurre al Partido Socialista. Lo sé porque lo veo. El centralismo de Mallorca a veces duele, y mucho. Hay que luchar por Ibiza y sus municipios. A muerte. Y yo no tengo reparos para irme a buscar al despacho a quien sea.

–Ahora mismo están en período de transición interna para elegir al candidato del PP para las próximas elecciones autonómicas. ¿Cuando viene Biel Company a hacer campaña a Ibiza y dice que si es presidente del Govern mirará por los intereses de esta isla, se cree ese discurso?

–Es que lo he escuchado muchas veces… Ahora ha venido Biel, dentro de unos días viene Bauzá. Vamos a escucharlo también y luego votaremos. Pero tenemos que ser realistas: los votos del municipio de Ibiza en Baleares son mínimos. ¿Que me crea o no lo que me dicen? Mallorca es muy centralista. Esperemos que alguno de los que lleguen, dé el paso. Pero creo que nosotros debemos exigir más, yo estoy en esa pelea

–Estuvo nueve meses en la alcaldía, quizás tiempo insuficiente para sacar adelante proyectos que llevan paralizados desde hace una eternidad, como el parador o la apertura definitiva de la estación de autobuses.

–El parador lo reactivé, gracias también al trabajo que hicieron mis antecesoras. Si no me equivoco, está aprobado ya el pliego final. Se van a acabar las obras. He visto uno de los proyectos de los aparcamientos que acompañarán al edificio. ¿El CETIS? Creo que está más fácil abrirlo después de que Sagalés haya comprado varias compañías de transporte. ¿Que hay problemillas? Si no nos informan a la oposición pese a las mociones que hemos ido presentando… Ya sé que Rafa Ruiz ha dicho ahora que quizás no conseguiría abrirlo y es muy honesto por su parte admitirlo. Desde el principio de la legislatura yo preferí ser cauta y dije que la estación abriría cuando se pudiera. Ellos han insistido en que se pondría en marcha, pero se han encontrado ciertas dificultades, como reconoce Rafa. Seguramente, las mismas que me encontré yo. Tienen que solucionarlo entre Consell y Ayuntamiento.

–¿Cómo considera que quedará la ciudad con la reforma de Vara de Rey y la Plaza del Parque?

–Esta reforma se tenía que hacer antes o después. A mí lo que no me gusta, y lo diga claramente, es el pavimento. Me parece horroroso. Si estamos abriendo un espacio para que le gente salga a pasear y los niños puedan jugar sin peligro, en vez de buscar la gravilla de cantera se tendría que elegir un canto rodado. Si se tiene que esperar, se espera, pero no se pone una gravilla puntiaguda que, no solo por las heridas que se pueda hacer la gente al caer, sino porque está por ver el resultado que da con la limpieza. Cuando hacemos proyectos a tan largo plazo, una vez que te gastas esta cantidad de dinero, hazlo bien. Ha habido un problema de prisas. Tampoco estoy de acuerdo con que esta reforma se pague con dinero del Consorcio del Patrimonio de la Humanidad.

–¿Cree que tendría que haberla pagado la concejalía de Urbanismo?

–¡Hay dinero! ¡Les dejamos las arcas llenas! Esto lo vamos a seguir denunciando, pero ellos no dan su mano a torcer.

–¿Fue una de las 358 personas que votaron por internet para cambiar o mantener el nombre del paseo en una votación que, por otro lado, no era vinculante?

–No. Te sorprende, ¿no?

–No, pero tenía que preguntárselo. Nunca se sabe. También me imagino qué habría votado, si lo hubiera hecho.

–Yo me quedo con Vara de Rey. El barrio es s’Alamera y, en un principio, lo nombraba todo, pero yo desde muy pequeña conocí al paseo como Vara de Rey. Sé que la gente mayor se sigue refiriendo al paseo como s’Alamera, pero los más jóvenes –y los que ya no lo somos tanto– lo llamamos Vara de Rey.

–Algunos vecinos de sa Colomina, críticos con la instalación del nuevo albergue municipal, piden que esa decisión también se consulte por medio de una votación.

–Preguntan por cosas que, a la vista de los resultados está, no tienen mucha importancia y no lo hacen en lo gordo. Ellos llegaron al gobierno, tanto el Partido Socialista como Guanyem, diciendo que iban a consultar todo, que no harían nada sin la aprobación de la ciudadanía y están haciendo todo lo contrario. El plan de movilidad no lo han consultado. Tampoco el albergue. ¿Qué consultan? ¿El nombre de Vara de Rey? ¿Una consulta que ha sido iniciada por el Institut d’Estudis Eivissencs, que es una asociación y no el ayuntamiento?

–Es alarmante el número de personas sin techo que hay en la ciudad.

–Es una barbaridad.

–Bartomeu Rosselló y las calles cercanas al puerto son los lugares donde más sin techo se ven.

–Vivo en es Pratet, pateo estas calles y vivo el conflicto cada día. Me asusta ver a tanta gente en la calle.

–¿Por qué le da tanto miedo a los vecinos de sa Colomina que se albergue en su barrio a estas personas en un edificio preparado para ello?

–Si de verdad ese albergue fuera lo que ellos están diciendo, la gente estaría tranquila. Pero si coges el pliego que están elaborando y lees que, en casos excepcionales, podrán acoger a todas las personas que sean de baja exigencia, estás abriendo la puerta a drogadictos o personas con problemas mentales. Eso asusta porque hay colegios cerca, el barrio se va a devaluar y hará falta más policía, demanda en la que tengo que apoyar al equipo de Gobierno. Se está trasladando el problema de un sitio a otro. Si hay un proyecto en el que están de acuerdo todos los municipios para abrir un centro en es Gorg, ¿por qué este cambio?

–Ese proyecto se va a llevar adelante, lo construirá el Consell y se mancomunará su servicio entre todos los ayuntamientos. Y atenderá precisamente a esas personas con problemas de baja exigencia.

–¿Pero por qué los separas? Es un tema delicado. Lo que me gustaría, realmente, es que tuvieran un sitio donde estar porque es muy triste ver a tantas personas en la calle. Vale que hay gente que lo acepta y no quieren ir a ningún centro. Hablo con varios de ellos a menudo, con alguno tengo una relación de bastante confianza, y me cuentan que no quieren que les metas en ningún sitio. Hay otra realidad muy triste también: hay gente que viene a trabajar la temporada y acaba durmiendo en la calle. El problema de la vivienda en Ibiza hace que ese efecto llamada de trabajadores se haya convertido en un asunto grave.

–¿Cómo puede luchar un ayuntamiento contra la especulación de los alquileres?

–Es muy difícil. Si todos los ciudadanos nos implicáramos más, sería más fácil. Somos muy comodones. Mientras todos veamos los pisos que se alquilan a turistas y giremos la cabeza pensando que tienen que venir los políticos a solucionarlo será muy difícil. ¿No tenemos hoteles, hostales y zonas turísticas? La realidad hay que verla bien: una cosa es que alquiles un piso por temporada entera y otra que cada dos o tres días te entre una persona diferente. Eso es grave, más en comunidades donde viven familias. Las comunidades de vecinos deben tener el mecanismo legal para poder denunciar a un solo propietario que está alquilando su piso de esa forma.

–¿El boom de los pisos turísticos está relacionado con el auge del turismo de lujo, que ha elevado la categoría y el precio de muchos hoteles?

–La cadena ibicenca hotelera es muy grande, no solo hay hoteles de alto standing. Igual el municipio de Ibiza se está empezando a especializar en un turista de más alto rango. El ciudadano medio que viene de Europa no viene a la ciudad, se va al Port de Sant Miquel, Portinatx o Cala Comte para estar cerca de la playa. Los pisos turísticos están muy relacionado con el uso que hacemos de internet y las redes sociales. Se ha cambiado el modelo, ¿pero quién frena esta tendencia?

–¿Cómo valora las quejas vecinales sobre el rendimiento de la nueva contrata de limpieza?

–Creo que no se está haciendo el trabajo que se debería. Sé que no están cumpliendo algunas programaciones de limpieza. Lo veo en mi propio barrio. La contrata ganó por precio, pero creo que deberían ponerse las pilas: llega la temporada turística y la ciudad va a volver a desbordarse. Ahí sí que le voy a exigir al señor Ruiz y al equipo de gobierno que este verano Vila esté limpia. Ya no hay excusa que valga. El Ayuntamiento es quien debe estar detrás de la contrata para que lo que figura en los pliegos se cumpla. Si tienes que dejar de pagar una parte o exigir que vengan dos señores de Madrid para aclarar el asunto, se hace. El ciudadano paga por unos servicios que no se le están dando.

–¿El Ayuntamiento ha hecho ese seguimiento durante estos primeros nueve meses de funcionamiento de la contrata?

–Ellos dicen que sí, pero yo creo que no. Aún estamos esperando a que nos presenten informes.

–Otro de los síntomas que explican el colapso que vive la ciudad son los atascos que se viven en los accesos y salidas de Vila, especialmente fuertes en los meses de temporada turística. El Consell está desarrollando un plan de movilidad que pasa por potenciar el transporte público y conectar mediante carriles bici la ciudad con parroquias como Puig d’en Valls, Jesús o Sant Jordi. ¿Sobran coches en Vila?

–¿Sobran coches? Es como decir si sobran árboles. Somos muy cómodos. Todos queremos llegar hasta la puerta de nuestra casa si es posible. No le puedes decir a la gente que no entre en coche cuando no tienes unos aparcamientos disuasorios en condiciones en las entradas de la ciudad. Tenía proyectados varios que no se han acabado de hacer. Si no pones remedio, el problema no se soluciona. A partir de los aparcamientos disuasorios, exige que en la ciudad no se aparque. Si quitas aparcamientos dentro de Vila, pero no pones solución estás creando otro problema.

–Estamos llegando al ecuador de la legislatura. ¿Está pensando en presentarse por segunda vez?

–Es muy pronto. ¡Buf!

–¿Y nadie la ha tanteado desde dentro del partido?

–No.

–El PP de Vila es donde más se ha evidenciado la división entre las dos familias que tiene el partido en la isla.

–Es que esta ciudad es el segundo municipio más poblado de Baleares, aunque muchas veces se olvide. Pero no creo que haya familias. Somos un partido unido.

–En las últimas elecciones, su lista fue la más votada pero no llegó a la mayoría absoluta. ¿Con quién podría pactar el PP si no puede gobernar en solitario?

–En otras épocas y sitios se ha llegado a ciertos acuerdos con el PSOE. Aquí ellos han preferido gobernar con Guanyem. Nosotros nos aguantaremos. A lo que aspiro, de todas maneras, es a sacar más votos.