La vuelta, en septiembre, a la escuela y las actividades (como los deportes, los idiomas o el ocio) supone un gran desembolso económico para las familias. En este período es importante actuar de forma consciente y responsable, para que no desequilibren el presupuesto familiar y para que las compras sean seguras, solidarias y respetuosas con el medio ambiente.
Para controlar este gasto y ahorrar en la medida de lo posible es importante conocer los derechos que tenemos a la hora de realizar las compras. A tal efecto, la Dirección General de Prestaciones, Farmacia y Consumo ofrece las siguientes recomendaciones:
Planificar y anticipar las compras todo lo posible
Es una práctica recomendable para minimizar gastos y evitar inconvenientes e imprevistos. Se deben evitar las prisas y adquirir lo que realmente se necesita, evitando compras compulsivas.
Es conveniente aprovechar la oferta comercial variada existente en las semanas previas a la vuelta a la escuela. Es necesario comparar precios y calidades de un mismo producto en diferentes establecimientos, fijarse en la calidad de los productos y recordar que, en ocasiones, comprar barato puede salir caro, y no comprar más material debido a que esté en oferta.
Fijar un presupuesto previo adecuado al gasto disponible
Se deben evitar créditos rápidos para financiar los gastos, ya que los intereses son elevados y pueden dar sorpresas desagradables en los meses venideros.
Es necesario hacer un uso prudente de su tarjeta de crédito y controlar el gasto que no se pague en efectivo.
Material escolar: mejor hacer una lista de los productos que realmente se necesitan
Nuevo curso no significa que todo deba ser nuevo. Es recomendable repasar todos los materiales del curso anterior y, solo si fuera necesario, adquirir material nuevo.
Es necesario inculcar a los hijos e hijas los principios de sostenibilidad y consumo responsable en la compra del material escolar (compras razonables y racionales). Se debe tener en cuenta la prioridad de la regla de las 3R (Reducir – Reutilizar – Reciclar).
Libros de texto
Se puede realizar la compra de los libros de texto en cualquier establecimiento que disponga de ellos. El consumidor no está obligado a comprar los libros en un centro o establecimiento concreto.
Es necesario comparar los precios ofrecidos en varias librerías y grandes superficies.
Es posible que el contenido de los libros de texto no varíe de un año a otro, por lo que pueden ser reutilizados por otros niños. En ocasiones, se pueden adquirir libros de segunda mano, que serán consecuentemente más económicos o, incluso, intercambiarlos con otros padres o madres.
Existen ayudas de las administraciones públicas o de las asociaciones de padres y madres para la compra de material escolar o cualquier otro gasto (becas, comedor, transporte o libros).
También están a nuestro alcance los programas de libros gratuitos basados en sistemas de préstamo. Hay una nueva tendencia en internet de intercambiar libros a través de plataformas online. También es posible tratar de intercambiar o recuperar (rebajados o gratis) los libros usados del curso anterior y que gestionan los propios centros o asociaciones de padres y madres.
En muchos centros empiezan a sustituir libros físicos por digitales, y muchos alumnos llevan en la mochila una tableta. Esto tiene ventajas indudables (alivia la mochila, se dispone de herramientas interactivas, permite nuevos recursos didácticos, etc.), pero comprar el dispositivo supone un gasto adicional.
Para las lecturas recomendadas, la opción más económica es tomar el libro prestado de las bibliotecas o utilizar la nueva tendencia en internet, muy popular en otros países, de intercambiar libros a través de plataformas online. También es posible tratar de intercambiar o recuperar (rebajados o gratis) los libros usados del curso anterior y que gestionan los propios centros o asociaciones de padres y madres.
Ropa y calzado
Lo primero es plantearse si el niño o la niña necesita nuevas prendas de vestir. En caso afirmativo, se puede hacer una lista con las cosas que realmente necesita para evitar que se adquieran piezas que no hagan falta.
Se procurará, cuando sea posible, escalonar las compras. El uso de uniforme supone un desembolso importante, pero en su defecto, equipar al niño con lo que necesita también supone un gasto.
Es buena opción adquirir las piezas y los uniformes en períodos de rebajas, ya que se podrá conseguir un buen ahorro.
Es necesario asegurarse de que cumple la normativa, revisando el etiquetado. Se debe observar también que todas las prendas van etiquetadas con su composición y las instrucciones de lavado.
Es preferible comprarlos de buena calidad, y con capacidad para que se puedan agrandar o estirar, dado que los niños crecerán, y se podrán así aprovechar durante más tiempo.
Durante la compra
Se deben leer detenidamente las instrucciones de uso y las características del producto para comprobar que se ajusta a nuestras necesidades.
Pedir la posibilidad de cambiar el artículo comprado
Los establecimientos no tienen la obligación de cambiar un producto que está en perfecto estado, salvo que así lo anuncien. Son libres de devolver los artículos no defectuosos, y en muchas ocasiones pueden facilitar vales de compra en tienda, y no aceptar la devolución del dinero, si bien, si no devuelven el dinero, deben informar de ello.
Se debe pedir y conservar el ticket de compra, factura o contrato que se firme, ya que son su garantía. Son necesarios en el caso de hacer valer la garantía de los productos o, en su caso, realizar cambios y devoluciones o para efectuar una reclamación.
Si se detectan defectos en el producto o que el servicio no se presta correctamente, debemos dirigirnos al establecimiento donde se ha adquirido o contratado y presentar el ticket de compra, la factura o el contrato.
Se debe observar que el precio marcado en el producto es el precio que se cobra en la caja. Si no fuera así, se reclamará que se cobre lo indicado.
Finalmente, es necesario conservar la publicidad o, en su caso, los folletos, verificando que lo que aparece en el anunciado se corresponde con lo que realmente ofrece el establecimiento (la publicidad vincula a la empresa que la anuncia).
