Opinión: De dónde venimos y a dónde vamos, por Pablo Valdés

Este próximo mes de mayo, los portmanyins i portmanyines nos la jugamos. Juntos vamos a tener que decidir nuestro futuro más inmediato, el modo en que queremos salir del atolladero en el que nos encontramos sumidos, en pocas palabras, y, dada la importancia que esto supone, parece oportuno echar mano a la memoria para desempolvar del recuerdo el quién y el cómo nos han traído hasta aquí para actuar en consecuencia, desde el pleno conocimiento, con el corazón en una mano y toda la información disponible en la otra.

Nadie duda ya de lo nefasta que ha resultado esta legislatura, desde cualquier prisma o punto de vista bajo el que se analice, para Sant Antoni. A la asfixia económica recibida de manos de Pepe Sala se le ha sumado un modo de practicar la política prepotente, dogmático y unilateral, basado muchas veces en la ocurrencia y el poder de saberse en una mayoría que si bien absoluta en la institución, no se corresponde con la realidad social del municipio. Y así, llegamos a un final de legislatura inédito, en el que la ciudadanía asiste atónita a cómo la mejor estrategia para el partido popular parece ser desvincularse de la gestión y modos llevados a cabo por sus propios colegas.

El problema es que no cuela. Pepe Sala es tan cómplice de la situación como la propia Pepita Gutiérrez, en tanto y en cuanto fue, en primer lugar, su padrino político allá por el 2011. No cuela que ahora pretendan mirar hacia otro lado cuando han tenido cuatro largos años para forzar desde el seno de su propia organización las dimisiones, ceses o cambios de comportamiento de los que ahora se desentienden. En cuatro años sólo se ha visto al Partido Popular local protestar cuando se ha gobernado en contra de sus propios intereses económicos privados. Por lo demás, aquí paz y después gloria.

¿Dónde estaban cuando la gestión de su propio partido nos llevaba al límite? ¿Qué hicieron para anteponer los intereses del pueblo a los de su organización? Nada. Que nadie se lleve a engaño, no ha gobernado Pepita en solitario sino con la connivencia y asentimiento tácito de los que hoy presumen de darla por muerta políticamente hablando. Pretender que no ha sido así es de un cinismo inaceptable y buena muestra de ello está en el número de candidatos que repetirán en las listas del PP, por no hablar de las imputaciones que impiden a otros repetir en el cargo.

En cualquier caso, no es tanto un problema de siglas sino de fórmulas. Modos de entender el servicio público arcaicos o modos actuales. Cerrazón frente a generosidad y anchura de miras. Lo dijimos y lo repetimos, no se puede pretender revertir una situación aplicando fórmulas que el tiempo ha demostrado caducas. El partido popular representa precisamente eso. Décadas y décadas aplicando una fórmula de la que hoy somos plenamente conscientes de su ineficacia. La ciudadanía se merece una oportunidad en este sentido. Y por eso, desde Reinicia Sant Antoni apelamos a la memoria y a la información como garantes de la democracia.

Que nadie nos tome por bobos. Recordemos quién es Pepe Sala, recordemos qué es el partido popular y cuál es el estado en que años y años de gestión unilateral han dejado a este municipio. Y por qué no, informémonos sobre el resto de opciones. Recordemos y exijamos conocer lo que supone votar a unos u otros. Y entonces decidamos, desde la plena libertad, desde el sentimiento de orgullo portmanyí arrebatado, qué queremos ser de mayores y de la mano de quién queremos recorrer ese camino. Si así lo hacemos, todos habremos ganado. Seremos un municipio mejor porque estaremos mejor informados y de la información surgen la exigencia y el control, criterios que nunca deberían volver a perderse, pase lo que pase.

Pablo Valdés

Candidato a la alcaldía de Sant Antoni con Reinicia Sant Antoni