El senador por Ibiza y Formentera, Juanjo Ferrer, vuelve a insistir en recetas fallidas para el drama de la vivienda en las Pitiusas. Su artículo en Noudiari evidencia la desconexión de la izquierda con la realidad del problema. Se lamenta de la falta de vivienda asequible, como si el PSOE no hubiese gobernado en Baleares desde 2015 hasta 2023. En dos legislaturas se construyeron unas pocas VPO que no solucionan nada, por más que hayan sido galardonadas con importantes premios de arquitectura. Los precios no se han disparado en el último año y medio. Llevan así hace 10 años, algo que deliberadamente ignora Ferrer con una miopía ideológica lamentable. ¿Hasta cuándo van a seguir culpando a los «especuladores» y a los propietarios en vez de asumir su propia responsabilidad?
Ferrer ni siquiera es capaz de convencer al Gobierno de Pedro Sánchez, su propio partido, para que impulse el senador para Formentera, una reivindicación histórica de la isla. Quizá le resulte incómodo recordar a sus compañeros de Madrid que la representación de los ciudadanos no debería depender de los caprichos de Ferraz. Pero claro, para eso hay que levantar la voz a sus propios jefes y arriesgarse a no volver a ser candidato, algo que a él le disgustaría mucho.
La docilidad de Ferrer con el Gobierno socialista roza lo abochornante. No sólo en vivienda, sino también en la cuestión del plus de insularidad de los trabajadores públicos. Mientras el Govern de Marga Prohens ha alcanzado un acuerdo con los sindicatos para actualizar esta compensación para los empleados autonómicos, los trabajadores del Estado siguen cobrando unas cuantías ridículas que llevan décadas sin revisarse. ¿Ha alzado Ferrer la voz en el Senado para exigir una actualización de este plus? ¿Ha presionado a sus compañeros en el Gobierno para que pongan fin a este agravio comparativo? Nada de eso. Mejor callar, asentir y seguir la línea oficial, no vaya a ser que le tachen de incómodo.
Los ciudadanos de Ibiza y Formentera necesitan representantes que defiendan sus intereses con firmeza, no políticos acomodados que se limitan a repetir consignas. Si Ferrer quiere que su paso por el Senado tenga alguna utilidad, haría bien en exigir cambios reales en lugar de refugiarse en el discurso de siempre, palabrería hueca de loro viejo. Porque, hasta ahora, lo único que ha demostrado es que está más preocupado por no molestar a Sánchez que por resolver los problemas de sus votantes.
pues eso
lo mateix però amb diferents paraules….