Ibiza como nunca la habías visto

R. Beltrán/ Es imposible que a uno no le invada un deseo irrefrenable de convertirse en un pájaro cuando disfruta de las fotografías de Jaime Brotóns. Este profesional de la imagen ha captado la belleza de muchos de los rincones más emblemáticos de Ibiza con sus fotografías panorámicas aéreas, quien no duda en subirse a cualquier aparato volador que tenga a mano para capturar con su objetivo los paisajes que le fascinan.

“Hace algo más de tres años empecé de nuevo a experimentar con cámaras digitales y objetivos ojo de pez para capturar estas panorámicas desde distintos aparatos como parapentes, paramotores, helicópteros, globos aerostáticos, multicópteros, grúas, pértigas y algunos que todavía me quedan por probar”, explica Brotóns sobre sus singulares métodos, sólo aptos para valientes sin vértigo como él, aficionado al parapente y entusiasta de lo que él define como “explorar el mundo desde el aire”. Portinatx, Es Canar, Dalt Vila, Cala Comte… Y su paraje favorito, Es Cavallet, han gozado del privilegio de ser retratados a vista de halcón, como ningún ibicenco de a pie puede verlos, y el detalle de la imagen, así como la posibilidad de vislumbrar la costa ibicenca desde las nubes impresionan al espectador.

Chapuzón inesperado en Punta Galera
Jaime Brotóns recuerda con especial emoción la fotografía de Es Cavallet, tanto por la belleza del lugar como por las circunstancias que rodearon la sesión. “Pude estar allí temprano, la luz era muy buena y me gustaba la idea de mostrar en una panorámica algo que no es visible para quien visita la playa: una valla separa la playa de Ses Salines para evitar molestias a las aves cuando la playa está llena de gente”, detalla el fotógrafo, quien recuerda el fuerte viento que soplaba cuando estuvo en la isla y cómo una ola de grandes dimensiones lo mojó a él y a su equipo cuando intentaba sacar una panorámica en Punta Galera. Gajes del oficio.

Además del evidente placer de observar estas imágenes, las fotografías panorámicas aéreas de Jaime Brotóns tienen también muchos usos. “Las principales aplicaciones comerciales de estas panorámicas tienen que ver con el turismo, la promoción urbanística, los espacios naturales y la divulgación. En general, cualquier ámbito en el que se quiera mostrar algo integrado en su entorno”, subraya el fotógrafo sobre las infinitas posibilidades de sus obras.

Imágenes que no engañan: “Todo queda a la vista desde el aire”
Estas imágenes previenen de ‘timos’ online, de descripciones de lugares idílicos que no son como nos cuentan, tal y como comenta Brotóns: “Estamos cansados de que nos digan que algo está a cinco minutos de la playa o que el entorno es maravilloso… En una panorámica aérea todo esto además se demuestra, todo queda a la vista desde el aire. También me gusta especialmente poder utilizar una panorámica aérea como índice donde poder enlazar otras panorámicas hechas desde el suelo, un buen ejemplo de esto es el tour virtual que hemos realizado recientemente para el Hotel Asia Gardens, en Alicante”.

La próxima vez que Jaime Brotóns se encarame al cielo para fotografiar la tierra será en un entorno muy diferente al de Ibiza: el Fin de Año en Madrid. Con los pies en tierra firme, realizará una panorámica para Unicef y no descarta volver a subirse a las nubes para tomar otra imagen aérea. Cambiará la posidonia, el agua celeste y la textura irregular de la costa por los cuartos y las uvas. Dos paisajes muy diferentes pero con el ojo de pez de Brotóns en común.